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El think tank de energía Ember informó que los combustibles fósiles generaron en febrero pasado menos del 5% de la electricidad de Brasil, por primera vez en una década. En el primer trimestre de este año los combustibles fósiles generaron el 5,4% de la electricidad del país, en comparación con el 10% del mismo período de 2022.
Este descenso de los combustibles fósiles conllevó una caída del 29% en las emisiones del sector eléctrico de Brasil (-3,7 millones de toneladas de CO2) en el primer trimestre de 2023, en comparación con el primer trimestre de 2022.
Las buenas condiciones hidroeléctricas han permitido el bajo uso actual de combustibles fósiles, con la generación hidroeléctrica alcanzando un máximo histórico de 125 TWh en el primer trimestre de 2023; 3,4% (+5 TWh) superior al del 1T 2022.
Sin embargo, estas buenas condiciones no son tendencia, pues la flota hidroeléctrica de Brasil redujo su rendimiento en la última década, con un factor de capacidad anual que disminuyó de un máximo de 59% en 2011 a un mínimo de 38% en 2021. Es así como, pese a un aumento de capacidad de más del 30%, la generación hidroeléctrica no ha crecido desde 2011. Por el contrario, la demanda de electricidad de Brasil crece constantemente, aumentando cerca de un 25% desde 2011.
La energía eólica y solar, por su parte, han permitido reducir la energía fósil, cubriendo el 73% del crecimiento de la demanda desde 2011. Un 36% ha aumentado la generación eólica anual desde 2011 y la solar un 26%. En conjunto, la generación solar eólica y de servicios públicos aumentó en un 36% solo desde el primer trimestre de 2022 hasta 2023. |
