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El saco es un elemento fundamental en gran parte de los procesos agrícolas y en el envase de productos alimenticios (tales como la harina) y en la minería no metálica, por lo que este tema se ha convertido en un importante motivo de discusión dentro de estas industrias, especialmente cuando el foco se pone en la sustentabilidad y se decide, como corresponde, a cumplir con la ley REP.
Básicamente las opciones son dos: papel y rafia de polipropileno, un versus que toma cada vez más importancia, entre los defensores de uno o del otro material.
Un estudio independiente realizado por el Instituto alemán PE Internacional AG (ahora thinkstep AG) y publicado por la Universidad de Viena (Austria), comparó los sacos de rafia de polipropileno cosidos hechos en China y sacos de papel kraft hechos en Arabia Saudita. Todos tenían una capacidad de llenado de 50 kg. de cemento.
En China, los sacos de rafia de polipropileno son los más utilizados en el embalaje para cemento y se fabrican de materiales reciclados. Están hechos de polipropileno como material de entrada en un 100%. El material utilizado es reciclable en su totalidad, y en la mayoría de los casos usan un gran porcentaje de reciclado, los sacos son muy resistentes y son reutilizados varias veces; además tienen mayor barrera a la humedad y evitan las pérdidas por roturas en el transporte y almacenamiento.
Los sacos de papel Kraft, en tanto, de dos y tres capas en forma de bloque de fondo son los predominantes en el embalaje de cemento en el mercado de Arabia Saudita. Aunque los sacos son en su mayoría producidos en el país, las materias primas deben ser importadas de Europa. Para lograr la fuerza necesaria, el peso del saco es alto al momento de probarlos, pero aun así, la ruptura del saco ocurre con frecuencia después de caer, o deslizarse sobre superficies irregulares, o debido a la humedad.
Así como el estudio entrega más beneficios al uso de los sacos de polipropileno a nivel mundial, Expertos en Chile también lo recomiendan, principalmente para el trabajo agrícola, envase de alimentos semielaborados y minería no metálica.
Estas unidades están confeccionadas a partir de cintas de polipropileno de alta tenacidad y resistencia, recubiertas con polietileno–polipropileno, que le otorgan facultades de impermeabilidad de los agentes externos, (gases, humedad, polvo, etc.), como también permite un mejor control de la atmósfera interna del envase a partir de la micro perforación de la capa de recubrimiento. La calidad de este tejido permite envasar la más variada gama de productos.
“El nivel de impresión de estos envases, de hasta ocho colores, se logra a través de la utilización de polímeros e insumos de la más alta calidad. Su aplicación está pensada para alimentos balanceados, productos químicos, fertilizantes, cemento, resina, caucho, harina, grano, semillas, especias, productos agrícolas, alimento para el ganado y mascotas, escombros, jardinería, entre otros”, explicó Carlos Campillo, Gerente General de Coresa (www.coresa.cl).
Su utilización señala el experto, tiene que ver con la sustentabilidad asociada a los plásticos, que, a pesar de ser muy cuestionados en los últimos años, hoy está comprobado que ayudan a cuidar el medioambiente, gracias a su reciclabilidad, capacidad de reutilización, bajas emisiones de CO2 y una mínima huella hídrica durante todo su proceso de fabricación, comparado con los materiales alternativos.
En el documento de conclusiones del estudio de resultados preliminares elaborado por Denkstatt, consultora austriaca independiente, especializada en desarrollo sostenible, presentado en Copenhague durante una de las jornadas de trabajo de la Cumbre de Cambio Climático de la ONU, se señala que el uso de los plásticos permite ahorrar entre cinco y nueve veces la cantidad de CO2 durante su uso y el proceso de recuperación, del que emiten durante su producción.
Para más información sobre los sacos, su uso y beneficios, puedes ingresar a www.coresa.cl
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