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Ya está en periodo de pruebas la primera planta bioeléctrica de Cuba en base a biomasa de marabú, la que, tras ser sincronizada con el Sistema Electroenergético Nacional, inyectará 60 megavatios diarios, ahorrando unos 100 mil barriles de petróleo al año cuando entre en régimen regular.
La nueva central, ubicada en áreas de una fábrica de azúcar de la provincia de Ciego de Ávila (centro-este), demandó una inversión de US$180 millones. En el proyecto participaron una empresa tecnológica china y una empresa mixta BioPower S.A. (que incluye capitales chinos, cubanos y británicos), la cual se encargó de las faenas de construcción. Las autoridades de la isla señalaron que las pruebas han sido exitosas.
De esta manera, y gracias a esta planta, Ciego de Ávila aportaría con el 50% del consumo energético de esa localidad, especialmente la central de producción azucarera Ciro Redondo. Este proyecto se inscribe en el plan nacional de diversificación energética, plan que establece una meta de 24% de la generación eléctrica (el 14 % provendrá de la biomasa) al 2030, de tal modo de emanciparse del crudo subsidiado de Venezuela, país que atraviesa una severa crisis económica.
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