Building Information Modeling (BIM) es un método utilizado en la planificación de proyectos, que abarca desde el punto de partida de una tecnología hasta el final del proceso de construcción, es decir, comienza en la planificación, para continuar con el diseño hasta la construcción y las operaciones.

Basado en un modelo inteligente y habilitado por una plataforma en la nube, BIM es una forma de automatización del uso de la información, ya que integra datos estructurados y multidisciplinarios para producir una representación digital de un recurso, a lo largo de su ciclo de vida.

Según un estudio del McKinsey Global Institute, antes de llegar al 2030 la industria deberá invertir a nivel global unos US$57 billones en construcción civil, para acompañar el crecimiento global del PIB. Por ello, entender cómo hacer que el proceso de diseño de una obra sea más eficiente, eficaz y práctico para seguir siendo competitivo en el mercado, es esencial para las empresas constructoras.

La metodología BIM puede alcanzar dichas metas. Todo lo que se modela se cuantifica automáticamente y con ello, las revisiones presupuestarias se vuelven más dinámicas. Asimismo, existen funciones como la generación de modelos virtuales tridimensionales y la posibilidad de verificar las interferencias en los proyectos.

Algunos de los beneficios que el método BIM aporta a los proyectos son: visualización 3D de lo que se está diseñando; noción real del espacio; disponer de elementos de proyecto inteligentes, capaces de parametrizar globalmente sin perder tiempo; ensayar el trabajo en un computador y realizar simulaciones virtuales; realizar animaciones para la demostración explícita de las actividades; ejecutar análisis estructurales, energéticos, térmicos, luminotécnicos y de sombreado; extraer automáticamente la información de cuantificación y presupuestos; entre otros.

En 2020, la primera encuesta sobre el nivel de madurez de BIM, llamada “Visión BIM 20/20 LATAM”, reveló que el 79% de las empresas ya utilizan la herramienta en Latinoamérica.

La tecnología BIM ha evolucionado desde las dimensiones básicas 3D y 4D hasta dimensiones más sofisticadas en 5D, 6D y 7D.

Por ejemplo, el modelado BIM 4D es un proceso que crea conexiones inteligentes entre el modelo digital 3D (que define la geometría de la obra) y la información relacionada con el tiempo de realización de las distintas actividades necesarias para la ejecución de la obra.

Por otro lado, los modelados 5D aprovechan los componentes del modelo de información para extraer información precisa sobre los costos.

A su vez, los modelados en 6D se centran en la sostenibilidad, mientras que en 7D abarcan la gestión del mantenimiento y el cuidado que debe tener un edificio durante su ciclo de vida.

Actualmente, incluso se habla de otras tres “nuevas dimensiones BIM”, tales como la 8D, que abarca seguridad en la fase de diseño y construcción de la obra; la 9D, que consiste en la construcción ágil; y la 10D, enfocada en la industrialización de la construcción.