Por Rolando Cáceres, constructor civil UC, fundador y CEO de Builder.

De acuerdo al Índice de Confianza Empresarial, ICE, elaborado por el Centro de Estudios en Economía y Negocios, CEEN, dela Universidad del Desarrollo, la construcción es el sector más optimista, subiendo 16 puntos en relación al mes anterior y 38 sobre el nivel de hace un año, con resultados favorables por encima de lo esperado y una mayor disposición a contratar trabajadores. Sin duda, una excelente noticia que nos lleva a proyectar auspiciosamente esta industria, tan importante para el desarrollo y la economía del país.

Este impulso, ciertamente puede ser optimizado al incorporar la digitalización, como herramienta de apoyo en un escenario complejo, el cual se ha visto obstaculizado por la pandemia y el aumento del precio de los insumos.

Efectivamente, como señala el último informe MACH 56, de la CChC, el precio de insumos para la construcción de edificios aumentó un 4,6% anual promedio durante enero de 2021, es decir, casi cuatro veces la inflación promedio histórica para este rubro.

Asimismo, productos como el hormigón, cemento, barras de acero, madera, estructuras de aluminio, zinc, acero galvanizado, tuberías de cobre y yeso cartón, entre otros, son los materiales que más han elevado su precio en los últimos meses.

De ahí la importancia de cuidar los márgenes, optimizar el control, mejorar y estandarizar los procesos, para lo cual la digitalización es indispensable. De hecho, con una plataforma especializada, fácil de usar y que permita un control preciso de la mano de obra, así como la visualización de cada proceso para los equipos directivos, y que provea diversas herramientas para el día a día en una obra, como control de asistencia y/o protocolo por Covid-19, entre muchas más, una empresa del sector puede ahorrar hasta un 30% en el pago de horas extra, lo que puede equivaler a dos y hasta cinco millones de pesos mensuales; y alrededor de un 2% en el total del presupuesto de un proyecto.

Hoy, más que nunca, es necesario digitalizar la gestión de la construcción para impulsar su crecimiento y aprovechar este optimismo como una oportunidad para proyectar su desarrollo de manera sostenible.