¿Cuáles son las fortalezas de la oferta de Vidrios Lirquén? Somos parte del Grupo Pilkington, un grupo de empresas inglesas que recientemente fue adquirido por la empresa japonesa NSG, convirtiéndose en la compañía más grande del mundo en su área. En Chile, a través de Vidrios Lirquén, sólo fabricamos cristal flotado plano, incoloro y bronce de entre 2 y 10 mm de espesor, espejos y vidrios laminados; sin embargo, el hecho de ser parte de este conglomerado nos permite brindar las últimas novedades del mercado a nuestros clientes. Hoy tenemos línea abierta con todas las plantas de Pilkington en el mundo y traemos a Chile lo mejor que cada una produce, ofreciendo desde vidrios plomados, que sirven para impedir el paso de los Rayos X; hasta cristales de control solar y térmico para los muros cortina de los rascacielos. ¿Cuál es su oferta a nivel de servicios? Vidrios Lirquén trabaja a través de sus clientes-distribuidores y clientes industriales, de forma que actuamos principalmente como mayoristas. Lo que hacemos es asesorar y especificar vidrios especiales en conjunto con los arquitectos de cada proyecto. Actualmente estamos empeñados en educar a nuestros clientes respecto de las ventajas del cristal laminado acústico como la mejor solución para problemas de ruido, para lo cual contamos con un departamento técnico y de arquitectura al interior de la empresa, con especificadores y arquitectos, que nos permite acercarnos mejor a las constructoras y ayudarlas en sus especificaciones de vidrios. ¿Qué proyecto destacaría del último tiempo? Hace más o menos tres años lanzamos el cristal laminado Salvid Acústico, dos vidrios flotados que entremedio tienen una lámina plástica que se llama Polivinil Butiral Especial, un polímero ultrarresistente y de gran elasticidad, completamente transparente y bastante más blando que el Polivinil Butiral normal. Estuvimos en varias obras desde su lanzamiento, especialmente en edificios de departamentos, con atenuaciones acústicas de alrededor de 34-35 decibeles. Sin embargo, apareció la inquietud de los arquitectos del Hotel Holiday Inn del Aeropuerto de Santiago en conjunto con un cliente nuestro que se llama KBE, los cuales nos plantearon la necesidad de atenuar 50 decibeles en una ventana, lo que representaba un enorme desafío. Empezamos a investigar y con la ayuda de una empresa alemana que se llama Trosifol, que es la que nos provee de esta lámina acústica, iniciamos los estudios y llegamos a la conclusión que el mejor resultado que podíamos obtener eran 49 decibeles, que se alcanzaba con el uso de un Polivinil Butiral mucho más grueso que el tradicional. Esto, sumado a dos vidrios más gruesos y como parte de un termopanel, nos permitió llegar a los decibeles que nos exigía la construcción. A nivel de desarrollo tecnológico, ¿qué resultados que obtuvieron con el proyecto? En rigor, se lograron varias cosas, porque el cristal utilizado es un vidrio de muy buen control solar y visual también, un vidrio reflectivo producido por Pilkington Brasil, que nosotros laminamos en Chile con este Polivinil Butiral alemán, que posteriormente fue entregado a nuestro cliente KBE, el que finalmente armó el termopanel y lo instaló en el edificio. Este proyecto se terminó en Mayo pasado y su construcción tuvo una duración de casi un año, luego de clarificadas las especificaciones técnicas correctas, lo que también tomó cerca de un año. |