 |
|
| Por Luis Valenzuela, Gerente de Canales Videoproyectores de Epson Chile y Bolivia. |
Este año, el Día Internacional de la Alfabetización que se celebra hoy 8 de septiembre, aboga por una recuperación centrada en las personas, poniendo especial énfasis en reducir la brecha digital. Ello, entendiendo que la crisis provocada por el Covid 19 creó trastornos sin precedentes en el aprendizaje de niños, jóvenes y adultos, acentuando desigualdades ya existentes.
Hoy, setecientos setenta y tres millones de jóvenes y adultos no alfabetizados están en clara desventaja en su desarrollo digital. De esta manera, la disposición de ciertas herramientas tecnológicas se presenta como una clara oportunidad para acortar la brecha.
En el mapa actual, es un hecho que un computador conectado a Internet es un viaje sin límites al conocimiento. Sin embargo, el acceso a este dispositivo es todavía una de las primeras barreras en la inclusión y alfabetización digital en países como el nuestro. Mientras que en el grupo socioeconómico más alto de Chile casi la totalidad (92,9%) tiene acceso a un notebook o laptop, el 64% de la clase media y solo el 38,2% del segmento más popular cuenta con alguno de estos equipos, según consignó el año pasado, un medio de comunicación nacional.
Para disminuir la distancia, la tecnología de videoproyección propone un camino al interior de las aulas. Aun cuando no todos los estudiantes cuenten con un computador, la instalación de equipos de comunicación visual son una ventana de aprendizaje para todos sus estudiantes, en un modelo de enseñanza que, sin duda, llegó para quedarse.
Muchas instituciones educativas han entendido el valor de estas herramientas adaptando los espacios a la nueva dinámica y reemplazando el tradicional pizarrón de tiza o acrílico, por un ecosistema tecnológico que incluye computadores, Internet, cámaras web, pero sobre todo videoproyectores. Esto, porque dichos equipos permiten a los docentes compartir información en más de 100pulgadas, con excelente resolución y nitidez; facilitan la comprensión de los contenidos desde cualquier ángulo del salón de clases, y ofrecen tanto a profesores como a estudiantesla experiencia de adaptarse a un mundo cada vez más digitalizado.
En este contexto, repensar el futuro de la enseñanza y el aprendizaje en el ámbito de la alfabetización digital es un bonito desafío para escuelas, colegios y universidades. La buena noticia es que ya contamos con tecnología útil e inclusiva para lograrlo y así aspirar a que ningún niño, joven e incluso adulto, quede rezagado.
|
