Hay varias respuestas para esto, pero las más relevante es el sentido de propósito y la flexibilidad, es decir, esas "habilidades" que incluso en la naturaleza están presentes, como en las aves migratorias decididas a recorrer enormes distancias en busca de su nuevo destino o la del bambú que se flecta frente a la tormenta; ambos con el claro objetivo de conservar su especie.

En la vida laboral, especialmente en ventas, es determinante y esencial aprender a superar los obstáculos en el trabajo diario. La gente más acertada es la que tiene objetivos claros y se adapta a las circunstancias, pero lamentablemente esas actitudes no sobrevienen naturalmente, por el contrario, la reacción más típica es la rigidez, el enfrentamiento y la justificación; echarle la culpa a algo o alguien. Sobrevivir y prosperar bajo tensión o dificultades, rara vez es una condición natural de las personas; la buena noticia es que sí se puede aprender a superar el temor al cambio, si está decidido a cambiar de actitud por otras, como las que menciono a continuación:

De Compromiso: Cuando se tiene la actitud del compromiso, esa que busca un propósito y hacerse cargo de uno mismo, ayuda a consolidar el trabajo y la vida. Eso ocurre cuando se confía plenamente en ser capaz de hacerse cargo, tanto de los clientes, como de la familia y los acontecimientos que se generan alrededor. Por lo tanto, ya no serán tan importantes las circunstancias, por más agotadoras que sean, sino que lo relevante será el objetivo. Cuando se les pregunta a las personas ¿qué desean?, la mayoría habla de aquello de lo cual quieren liberarse. Quieren un trabajo mejor, quieren vivir en un vecindario mejor, no preocuparse por la delincuencia o que sus hijos estudien en tal universidad. Quieren a su suegra fuera de la casa o que deje de quejarse de dolores de espalda. Todas esas letanías de ‘visiones negativas’ son un triste lugar común que casi todos tenemos y contra los cuales hay que luchar, ya que nos distraen y atentan contra nuestras metas y objetivos.

De Contribución: Hoy como nunca, el sentido de aportar valor, de contribuir, de colaborar con la organización, con los clientes y con uno mismo; es un componente insustituible para conseguir buenos resultados y tener éxito en el futuro. Cada vez más depende qué tan bien colabora con sus colegas de trabajo para encontrar soluciones innovadoras a los problemas y circunstancias. Solo ya no se llega a ninguna parte. Piense cómo el valor creado por sus conexiones con otros es ‘su riqueza acumulada’,la que podrá utilizar para producir más riqueza o beneficio al contar con esas relaciones sociales que se van creando cada vez que tiene esa actitud de colaboración y de aporte sincero. En el mundo actual de los negocios, no hay ningún componente más poderoso que la contribución y la colaboración.

De Desafío: Esta actitud deja abrazar el cambio como parte del proceso natural de la vida. Si de niños no hubiéramos desafiado la gravedad, no hubiéramos tomado el riesgo, jamás habríamos dado nuestro primer paso. Cuando sobrevienen los cambios, a veces agotadores, debemos tomarlos como un desafío significativo, viendo más la oportunidad de logro que la dificultad. La parte llena y no la parte vacía del vaso. Cuando caemos, es mejor aprender de los errores y recordar el viejo adagio "lo que no me mata me fortalece". Las personas con actitud positiva y dispuestas al desafío, verán siempre el valor de conseguir sus objetivos, se sentirán motivadas por ello y si fracasan en el intento, saben que valorarán la sabiduría que les dejará esa experiencia y, sobre todo, la satisfacción de haberlo intentado; porque de los errores se aprende y que por raro que parezca, son esas personas precisamente las que continúan luchando.

Cuando estas tres actitudes se combinan, las personas crecen y se fortalecen al mismo tiempo. Como dijo Darwin, "no es la especie más fuerte la que sobrevive, sino la que es más adaptable a los cambios".