Pocas veces me han preguntado por qué tengo un podcast. Por si no estás al tanto, un podcast es un programa de audio en el que cuentas cosas interesantes o entrevistas gente interesante. Yo hago ambas. Puedes escucharlo en tu plataforma favorita (https://wavve.link/elcoach).

Llevo cientos de programas y no recibo pagos por publicidad. Tampoco llegan decenas de clientes a golpear la puerta. Tiene más de 500.000 descargas y solo he hecho un par de negocios a raíz de este programa, pero nada importante (vendí un seminario en Cartagena de Indias, me quedé una semana aun cuando mi parte duró 3 horas…) En fin, nada que amerite hacer más de 300 programas y seguir publicando todos los meses. Entonces, ¿para qué hacer un podcast si no es una fuente de nuevos negocios y es un montón de trabajo? Para aprender de otras personas que saben más.

Sin embargo, no siempre lo entendí así. Al inicio, comencé a grabar programas para enviárselos a mis clientes, pero el asunto fue evolucionando hasta convertirse en un programa donde desarrollo algunos temas de estrategia de ventas y entrevisto gente brillante. En el fondo, es una especie de universidad propia, hecha a mi medida en la que diferentes expertos, autores y especialistas me enseñan lo mejor que saben. Y es gratis. Hoy, pocas horas antes de escribir esta columna, entrevisté a Isaías Sharon, sicólogo, PhD, y tiene varios emprendimientos. Lo invité para conversar sobre “el juego interior”.

Siempre que ayudo a un empresario tecnológico o a un gerente comercial, comenzamos por la estrategia. No obstante, hay un detalle que no podemos pasar por alto: no hay estrategia que funcione si la mentalidad no es la correcta.

Un ejemplo: uno de mis clientes me explicó que sus vendedores no tienen tiempo para prospectar, están demasiado ocupados. Me sentí tentado de preguntar “¿demasiado ocupados como para venderle a clientes nuevos?”, pero no lo hice. Ese gerente y su equipo tienen en su mente una creencia autolimitante: no es posible captar nuevos clientes porque están “demasiado ocupados”. Si están convencidos de ello, ¿qué puedo hacer? Explicarles las varias maneras de captar nuevos clientes para vender tecnología sería una pérdida de tiempo. No puedo ayudarlos porque ellos no quieren ayuda.

Otro ejemplo: ¿te ha sucedido que te levantas en la mañana con pensamientos negativos, en lo desagradable que será tal o cual actividad o reunión y lo mal que todo podría salir? Bueno, esa es la mente.

El desafío en este contexto no es de estrategia, es de “juego interior”. Tener consciencia de cómo pensamos y somos es la clave para mejorar como personas (y como líderes, vendedores, etc.) Es lo que Isaías, en esta entrevista, llama la “autogestión”, la gestión de uno mismo. ¿Conoces personas que tienen una pobre opinión de sí mismas? Bueno, esas personas tienen un desafío de autogestión. Me refiero a que se hagan cargo de esa manera en que la mente hace afirmaciones y también de las emociones que generan esas afirmaciones.

Si un gerente piensa “mi equipo no puede captar nuevos clientes porque no tienen tiempo”, entonces sentirá rechazo o miedo frente a mi afirmación “los vendedores deben hacer contactos con clientes todos los días”. Por eso, no sirve de nada que le enseñe estrategia si no ha controlado el juego de la mente que le dice “no se puede”. La pregunta obvia que le hice a mi entrevistado fue:

• ¿Y cómo se logra la autogestión?
• Gestionarse a sí mismo es un hábito.

Evidente. Es una disciplina, es una serie de actos que repetidos otorgan maestría al practicante. Como todo en la vida, necesita práctica.

La segunda parte de la respuesta fue: “con ayuda”. Sin duda, puedes dar pasos y el solo hecho de tomar consciencia del desafío es el gran primer paso. Hay muchas personas que no se autoevalúan en términos de cómo piensan y sienten. Básicamente, cada cosa que opina la mente, la toman por cierta. Si reconoces el fenómeno, solo por haber dado ese paso, tuviste un gran avance. Si quieres dar más pasos, es muy probable que necesites ayuda. Tal vez un coach o un sicólogo, no lo sé.

Comencé con una coach hace unas semanas. Aprendí a mirarme y a darme cuenta de lo que tengo que arreglar. Ahora, con su ayuda, observo mis emociones y el relato de mi mente. Estoy gestionándome mejor, dando pequeños pasos. Reconozco que he dado pequeños pasos, no grandes pasos como quisiera. Curiosamente, una de las cosas que debo mejorar es saber esperar (y controlar mi ego…).

Pero, claro, todos estos temas son demasiado “blandos” para personas que están sometidas a las “leyes de la selva moderna”. Estos temas “blandos” son para gente “blanda”, no para ellos. Ellos están demasiado ocupados como para ponerle atención a estas cosas secundarias. No tienen tiempo.