Debemos destacar, antes que todo, su premisa básica: El outsourcing o la tercerización es una herramienta que permite a las empresas enfocarse en hacer lo que realmente hacen bien. Esto libera a la primera organización de aquellos procesos que no son parte de su "core business", pero de los cuales no puede prescindir. De aquí se desprende la norma básica y más importante para las organizaciones que buscan optimizar la administración de sus recursos: no dar en outsourcing ninguna de las funciones o áreas que se consideran como fundamentales en la empresa. Por su parte, la ventaja de la tercerización, en principio, es la reducción de sus costos y la posibilidad de dedicarse a lo propio de su giro, y en consecuencia, el aumento de la calidad de sus procesos productivos, como consecuencia de enfocarse en su verdadera ventaja competitiva. Mirando desde la perspectiva socioeconómica, los procesos de globalización han tenido una fuerte incidencia en los desarrollos de nuevos enfoques de administración, de manera de situarnos en un contexto donde la competencia es mucho más feroz, la tecnología se va desarrollando velozmente y se ha ido fortaleciendo la internalización de las compañías. El outsourcing emerge en medio de este contexto vertiginoso. Prácticamente nació en IBM como una estrategia ante los nuevos competidores, generando la optimización de sus propios recursos y obligando a su competencia a establecer la reducción de costos como política de competitividad y eficiencia. Hay actividades que cualquier empresa puede dar en outsourcing, a saber, el manejo de la nómina, la cobranza de cuentas de difícil recuperación , en general los asuntos legales, algunos proceso productivos secundarios, la investigación de mercados o campañas promocionales y los servicios generales de aseo, alimentación o vigilancia, entre otros. Avances chilenos En Chile, es posible distinguir principalmente tres áreas en el mercado de la externalización: Subcontratación, en el que una empresa contrata un servicio especialista para una labor específica y de tiempo limitado. Provisión de trabajadores temporales y, a menudo, no calificados. Externalización de servicios de procesos comerciales, de manera más permanente. Sin embargo, estamos recién comenzando. Tal vez lleguemos a encontrarnos en un futuro no tan lejano, con oficinas virtuales, call centers a distancia que provean la total comunicación con el cliente externo, administración online de los recursos financieros, y con la necesidad de espacios reducidos, para los PCs -cada vez más pequeños-, donde se transe la economía de manera global. Veremos qué pasa. Por ahora, señores, cada uno a hacer lo suyo, que, como vemos, es cada vez menos rentable invertir tiempo y recursos en reinventar la rueda. Para eso, están los expertos.
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