Estados Unidos y la Unión Europea se enfrentan a diversos tipos de riesgos y amenazas propios del orden internacional actual. Junto con efectuar los controles aduaneros tradicionales, estos países han debido incrementar el papel de las aduanas en materia de seguridad de la cadena logística internacional. En este contexto, aparecen medidas como la anunciada por Estados Unidos de exigir a contar del año 2012 el escaneo en origen de la totalidad de las mercancías que ingresen a ese país, cuyos efectos en términos de eficiencia, velocidad y costos de las cadenas logísticas del comercio exterior pueden ser nefastos. La Organización Mundial de Aduanas ha asumido un rol protagónico en este sentido y ha generado la figura del Operador Económico Autorizado como uno de los mecanismos a través del cual las aduanas asumirán este nuevo papel en beneficio del comercio legítimo y seguro. Según la definición proporcionada por la O.M.A., Operador Económico Autorizado (OEA) es un ente que, en el marco de sus actividades profesionales, efectúa labores reguladas por la legislación aduanera. En la práctica, la mayoría de las aduanas del mundo están desarrollando e implementando su sistema de OEA. Por lo anterior, es difícil imaginar que Chile, siendo líder en la Región y que ha hecho del comercio exterior un pilar de su economía, se quede atrás. Además de los riesgos que implica no desarrollar este sistema en virtud de nuestros vínculos comerciales, se trata de una iniciativa con enormes oportunidades y, en ese sentido, la labor exclusiva de los Agentes de Aduana en la cadena logística del comercio exterior no puede quedar al margen de este proceso. El sistema aduanero chileno ha depositado, en la figura de los Agentes de Aduana, todas las atribuciones para agilizar y transparentar la operatividad de las actividades de importación y exportación de mercancías. No existe una función más en sintonía con los OEA que la labor que desempeñan los Agentes de Aduana en su tarea de acreditar las mercancías que ingresan y salen del país. Chile da los primeros pasos para la implementación de este sistema internacional en la actualidad, con la conformación por parte del Servicio Nacional de Aduanas de equipos técnicos de trabajo que se encargarán de establecer las bases necesarias para este proceso de certificación. Durante el último año, 150 países han pedido asistencia a la Organización Mundial de Aduanas (OMA) para aplicar los principios del sistema, siendo Chile uno de ellos. La experiencia señala que el programa debe ser voluntario y, antes de que comience la implementación, es esencial que se realicen pruebas por los Operadores para determinar que éste tiene sentido tanto para las empresas y entes certificados como OEA, como también para la Aduana. Se ha demostrado en otros países que si no hay interés del sector privado, las medidas aplicadas no cumplen su objetivo. A su vez, parece fundamental que el liderazgo de esta iniciativa sea llevado por la Aduana, organismo que además asumirá la función certificadora. Este es un proceso paulatino y en permanente desarrollo. Los expertos mencionan que debe ser aplicado sobre la base de una secuencia adecuada y, en la medida que se evalúen los pasos que se van dando, se pasa a la siguiente etapa. Es esencial que exista compromiso, confianza y acuerdos entre la Aduana y los OEA. Esta es una oportunidad para el país, en cuanto a que el sistema implica un reconocimiento mutuo de las empresas como OEA a nivel mundial y también para la economía chilena que no la puede dejar pasar. Todos los actores de la cadena del comercio exterior tenemos que aspirar a un sistema OEA de estándar mundial que nos permita ser reconocidos por los grandes mercados y economías. Sin duda, un gran desafío para los próximos años. |