En mi opinión, en este tipo de escenarios, uno de los pilares de las empresas debe ser la innovación y así aprovechar las importantes oportunidades que generan estas crisis. Una de las áreas que debe preocuparnos son los procesos de trabajo, al implantar o modificar los procedimientos del sistema productivo y de la cadena de suministro. Rompiendo paradigmas En el ámbito logístico, es oportuno revisar cada una de nuestras operaciones realizadas, en búsqueda de diferencias determinantes y atractivas ventajas frente a la competencia. Sin embargo, para ser atrayentes, si las empresas tratan de ajustar sólo los precios, no llegarán muy lejos, ya que el análisis de las tarifas es el más débil. Es más, creo que las compañías encontrarán oportunidades -durante esta crisis- al destruir paradigmas, tales como el reemplazar el transporte marítimo por el terrestre, o el aumentar el intercambio comercial dentro de Latinoamérica. Esto último se puede llevar a cabo debido a factores como que aún la Región no ha sido impactada fuertemente por la crisis, o al atractivo de su relevante tamaño total y porque en términos logísticos es más económico transportar productos entre los países de la Región. Es más, el aumento del intercambio regional entre los países de América Latina se ve incentivado por los diversos tratados de libre comercio firmados durante este último período como una muestra de integración en materia de economía. Desde el punto de vista de la logística, la principal ventaja del transporte terrestre es su tiempo de tránsito, que permite bajar considerablemente los niveles de inventario, el capital inmovilizado y así también los riesgos del negocio. Desafíos pendientes Frente a este escenario, no se deben olvidar importantes aspectos tales como los desafíos que existen en la Región en materia de infraestructura y de aduanas; factores que limitan el potencial comercial debido a ineficiencias tales como la burocracia y los tiempos muertos. Sin embargo, existen cifras esperanzadoras tales como la de la consultora estadounidense CG/LA que calcula que durante este 2009 América Latina invertirá alrededor de US$50 millones en infraestructura, cifra importante, pero aún muy lejana a los US$80.000 millones que la Región necesita para acabar con sus deficiencias. En cuanto a la situación de Chile, destaca una iniciativa llamada "Infraestructura 2020" que, entre otras cosas, planea acortar sustancialmente la distancia que tiene nuestro país respecto de países desarrollados. De esta forma, el Gobierno invertirá en el sector unos $3.000 millones entre este año y marzo del 2010. Todo este análisis se relaciona con un tema comentado en una columna anterior, donde veíamos que la logística, desde el punto de vista estratégico, tiene tres objetivos: la reducción de los costos y del capital y la necesidad de mejorar los niveles de servicio. A esto se agrega que la mejor evaluación que pueden hacer las empresas es comparar su operación actual versus la que podrían tener con otras alternativas de transporte a lo largo de la cadena logística, viendo así este proceso desde un punto de vista general. En este caso, la reducción de costos obtenida será, sin duda, bienvenida en las adversas condiciones actuales. No olvidemos que la época de crisis es el mejor momento para optimizar nuestras mejores prácticas. |