Preservar la estabilidad en las cadenas de frío, es decir, la determinación de condiciones o exigencias mínimas que deben cumplirse a fin de mantener estable el comportamiento de la cadena logística, incluso después de una fuerte manifestación de alguna perturbación de las mencionadas, es una de las tareas más importantes de la gestión logística para asegurar la promesa del cliente respecto al producto que va a consumir o utilizar.
La Gestión de Cadenas de Frío (CCM) es definida como el conjunto de procesos de planificación, implementación y control eficiente y el flujo de efectivo y el almacenamiento de productos perecederos, servicios relacionados y la información de uno o más puntos de origen hasta los puntos de producción, distribución y el consumo con el fin de cumplir con los clientes (Bogataj et al. 2004). Por lo tanto, para lograr tal alcance es necesario un proceso de integración de los actuales procesos de negocios y aquellos procesos logísticos dedicados a la conservación de productos perecederos, considerando que cada día hay más actores que aparecen con el fin de ir creando valor para el usuario final, sin embargo, además, aportan en complejidad y riesgo.
Esta visibilidad, que en sí es dejar de manera transparente y dispuesta la información respecto al producto y sus procesos relacionados, es especialmente importante en las cadenas de frío y de otras cadenas de productos perecederos, donde la calidad y cantidad del producto al final de la cadena en el nivel requerido es mantenido por el control de los ambientes donde se elaboran, se transportan y almacenan, conjuntamente con la adición de ciertos preservantes.
Considerando lo anterior, la gestión de este tipo de cadenas para algunas empresas se ha vuelto uno de los principales componentes de su red de suministro (y de su ventaja competitiva), ya que la naturaleza del producto y las exigencias del mercado las obligan o impulsan a desarrollar una visibilidad respecto a lo que fluye en la red, que anteriormente no existía; y ha motivado el uso de tecnologías y herramientas de gestión necesarias para administrar de mejor manera esta logística. Aspectos esenciales para cumplir con el producto correcto, en el momento adecuado y en el lugar correcto; para hacer bien las cosas, como esencia de la eficiencia, y para hacer las cosas correctamente, que es el núcleo del éxito.
De este modo, estas prácticas de preservación y visibilidad están cada día obteniendo su espacio e importancia en la gestión del negocio, desde el momento que el mercado de productos refrigerados -por ejemplo el mercado de platos preparados- se expande rápidamente como consecuencia de la globalización y los procesos de integración intra y entre empresas se hacen realidad. Esto, a su vez, ha impactado positivamente en los costos totales de la operación, conjuntamente con el aporte de las mejoras permanentes en la eficiencia del transporte y la evolución de las tecnologías de la información y comunicación.
No obstante, esta expansión del comercio de este tipo de productos siempre estará bajo la influencia de perturbaciones en forma de retrasos y variaciones de temperatura de conservación, por lo que requiere de procesos flexibles que estimulen la gestión de la información en tiempo real, y la calidad y seguridad de los procesos (por ejemplo, utilizando herramientas de data/process mining), con el objeto de proteger a los clientes finales de alguna disminución de la calidad de dichos productos.
Finalmente, hay que tener muy en cuenta que la manifestación de algún tipo de las perturbaciones mencionadas que no sea gestionada oportunamente, puede disminuir la calidad del producto a un nivel que puede ser peligroso para la salud del consumidor. Me imagino, algo que no se desea.