La logística mueve carga a través del aire, el agua y la tierra, y en ese proceso interactúa con el medioambiente. Cada interacción con el medio se denomina un "aspecto ambiental". Algunos aspectos ambientales tienen impactos negativos, tales como la emisión de gases a la atmósfera por el transporte de carga (en algunos países el 85% del carbono emitido a la atmósfera proviene del transporte de carga. Cuatro litros de petróleo quemados por un motor producen aproximadamente 11 kilogramos de carbono a la atmósfera).
La Logística Verde es una realidad en el primer mundo. Europa, por ejemplo, está reglamentando que en las etiquetas de los productos se mencione la huella de carbono que éstos generan. Pero, en Latino-américa estamos aún en la etapa de toma de conciencia.
¿Por qué las empresas deciden adoptar prácticas de Logística Verde? Recientes estudios en Europa mencionan tres razones principales: para mejorar las relaciones con los clientes, mejorar las relaciones públicas con la comunidad y reducir los gastos de combustible. El 64% de las empresas europeas plantea que los temas ambientales son importantes en el marco de su estrategia, el 60% mide sus emisiones y el 21% está recurriendo a 3PLs para lograr reducir sus impactos ambientales negativos.
Existen dos áreas principales de trabajo en Logística Verde: una, relacionada con los esfuerzos internos por lograr una mayor eficiencia energética y un menor impacto ambiental negativo. Y otra, con los esfuerzos por lograr la conformidad con las regulaciones ambientales extranjeras, en el caso de exportaciones.
A nivel internacional, existe una norma técnica que ayuda a las empresas a establecer un sistema de gestión ambiental. Se trata de la norma ISO 14001, que puede ser una poderosa herramienta para medir y disminuir los impactos ambientales negativos. Como todas las normas técnicas, es voluntaria, al igual que las normas de la familia ISO 9000. Aunque la norma ISO 14001 plantea que cada organización debe establecer sus propios objetivos y metas ambientales, al contemplar auditorías y el concepto de mejoramiento continuo, las empresas pueden ir paulatinamente logrando un mejor desempeño en esta materia.
La preocupación por la Logística Verde ha estado presente en los últimos congresos y foros sobre Logística y Supply Chain Management. Allí se ha planteado que ésta no necesariamente debe significar mayores costos. Un reciente estudio en USA con empresas de transporte mostró que, en algunos casos, se habían logrado reducir hasta un 28% las emisiones a la atmósfera y, al mismo tiempo, logrando un 4% de menor costo.
No hay secretos para ello. Una de las claves reside en mejorar el proceso logístico, implementando medidas tales como optimizar las rutas para ocupar menos combustible, eliminar paradas intermedias, utilizar intensivamente el cross-docking y reducir las esperas en destino. Esta optimización del proceso logístico puede ser suficiente para pagar nuevas tecnologías, más limpias que las actuales.
Otras claves son la adopción de vehículos de carga más económicos y menos contaminantes, para usar menos combustible por unidad transportada; y la irrupción de nuevas tecnologías, tales como los vehículos híbridos y eléctricos, cuya adopción será cada vez más importante en el siglo XXI.
Pero capacitando al personal de transporte es donde se pueden lograr importantes avances, al principio, a costo cero. Unos botones de muestra: hemos visto a conductores arrojando líquidos corrosivos a la orilla del camino en el trayecto del puerto a Santiago. Para muchos, contaminar no es un delito. Hemos visto vehículos de carga dejando una vergonzosa estela negra arrojada por el tubo de escape. Hemos visto transportistas arrojando basura al mar, mientras esperaban su turno para cargar en un puerto.
Ha llegado el momento de tomar conciencia y de incorporar los temas ambientales al quehacer logístico. Ha llegado el momento de hablar de Logística Verde.