A la luz de los resultados que presenciamos en las prime-ras horas tras el desastre natural del pasado 27 de febrero, las operaciones de emergencia no consideraron planes logísticos estratégicos para desarrollar y apoyar a las organizaciones civiles y gubernamentales al implementar acciones de respuesta de auxilio, para que éstas no sólo sean rápidas y localizadas, sino también ágiles, coordinadas y efectivas. Esto implica que la planificación logística estratégica para la atención de catástrofes y su aplicación en las Cadenas de Suministros para el manejo de los flujos de productos y servicios humanitarios, demolición y de reconstrucción de infraestructura física, no puede ser implementada en los momentos posteriores del evento, sino más bien debe ser incorporada como una actividad estratégica en los planes y preparativos para emergencias del país y principalmente en las organizaciones que dependen del Estado y que por ley trabajan en este campo. El movimiento de personas, equipamientos, vehículos de transporte y maquinarias, así como de otros recursos (como viviendas de campaña, combustible, alimentos, agua y medicamentos) y materiales, requieren de un Plan Logístico Estratégico lógico para ser desarrollado a cabo eficientemente en un posible evento catastrófico, en el menor tiempo posible y sin incurrir en una logística inversa innecesaria que ocasiona traumatismos y demoras en los órganos de auxilio. En general, todas aquellas actividades logísticas requeridas para el despliegue de los flujos logísticos estratégicos durante una emergencia, deben ser preparadas, conocidas, probadas y validadas con anterioridad por todos los órganos definidos y donde la logística de gestión en la planificación, adquisición, recepción, almacenaje, picking y packing, control de las existencias y gestión de los inventarios, distribución física y el transporte multimodal, es vital para llegar en el lugar exacto, en la oportunidad requerida, en las cantidades necesarias y con un alto nivel de calidad de servicio de entrega de productos y servicios. El proceso de atención de un desastre o emergencia humanitaria es cíclico, ya que en la etapa de rehabilitación, se aprovechan las experiencias recogidas para aprender y prepararse para el próximo evento catastrófico. Por tanto, el rol del plan logístico estratégico toma relevancia extrema en los procesos para futuras operaciones preventivas. En busca de la sinergia Sin embargo, en la práctica, la dificultad que hemos tenido (y seguimos teniendo) es que la parte del plan logístico se encuentra en la última parte de la cadena de toma de decisiones. Esto trae como consecuencia que en el momento de un desastre se produzcan descoordinaciones, retrasos y que no haya sinergias en su ejecución. Por lo tanto, se debe crear, desarrollar e implementar un Plan Logístico Estratégico Integral Flexible para Catástrofes y Emergencias donde una Red de Distribución Física y Transporte Multimodal integre a todos los involucrados en la catástrofe, sean éstos entidades del Estado, empresas, transportistas, profesionales logísticos, organismos humanitarios y particulares solidarios que, junto a una entidad técnico-profesional gubernamental líder, sea el primer paso para satisfacer las demandas de la catástrofe en forma inmediata y con ello lograr el éxito del auxilio a las personas y zonas afectadas. Ya sea con estrategia, tecnología, formación o capacitación, las metas de la logística de atención en desastres siempre serán de importancia capital para nuestra sociedad: reducir al máximo los impactos físicos, psicológicos, económicos y sociales que una emergencia pueda ocasionar en un grupo humano; así como conocer y mitigar los riesgos, mediante una sistemática planeación de la intervención en eventos catastróficos. Para alcanzarlas, esta logística evoluciona constantemente, modificando viejas estrategias e implementando otras, agrupando organizaciones públicas y privadas, nacionales e internacionales, bajo la bandera de la prevención y la preparación. |