Cómo proteger sus vinos del daño durante el envío Por Josefina Godoy, Head of Sales Chile & Argentina de Hillebrand Gori. La importancia de la temperatura del vino y del contenedor El reciente anuncio de una huelga en los puertos de la costa este de Estados Unidos, postergada para enero de 2025, ha resaltado la fragilidad de la cadena de suministro marítima. Este tipo de interrupciones subrayan la importancia de un manejo cuidadoso del vino, un producto delicado que requiere condiciones óptimas durante su envío. Las variaciones de temperatura pueden afectar de manera significativa el sabor, aroma y la calidad, lo que hace esencial entender cómo las condiciones térmicas dentro del contenedor influyen en el producto durante el transporte.
La temperatura ideal para el vino se sitúa entre 10°C y 20°C. La exposición a temperaturas fuera de este rango puede provocar deterioro. Un estudio realizado sobre envíos de vino en Australia reveló que, bajo condiciones de 40°C, la temperatura dentro de un contenedor sin aislamiento puede alcanzar los 60°C. Asimismo, en invierno, las bajas temperaturas en Europa pueden provocar la congelación del vino, lo que resulta en la formación de depósitos indeseables.
Las temperaturas extremas pueden dañar el vino de diversas maneras. La exposición prolongada a altas temperaturas (superiores a 21°C) puede alterar su estructura química, acelerando su envejecimiento y provocando cambios en el color y sabor, lo que puede resultar en un vino desagradable y sin frescura.
Por otro lado, las bajas temperaturas pueden causar la precipitación de cristales de tartárico y dañar el corcho, lo que podría llevar a la ruptura de la botella. Cómo asegurar que sus vinos lleguen en óptimas condiciones El envío de vino es un proceso complejo que requiere una planificación cuidadosa, especialmente en un entorno logístico incierto. Para minimizar los riesgos asociados a temperaturas extremas, es importante adoptar medidas preventivas. Se pueden implementar soluciones de gestión de riesgos y envíos controlados de temperatura para garantizar la protección del vino.
Lo primero que corresponde es evaluar los riesgos de una ruta puntual en un momento del año determinado en cuanto a las temperaturas y grados de humedad. Con esa información luego corresponde decidir qué medida adoptar. Actualmente existen tecnologías muy avanzadas que utilizan pronósticos climáticos precisos para analizar las rutas de envío y detectar riesgos específicos. En base a los datos que arrogan se puede optar el uso de soluciones de aislamiento como mantas térmicas o liners y/ o control de temperatura por medio de equipos refrigerados para salvaguardar la calidad del vino durante toda la cadena de suministro.
Ahora bien, es importante que importadores y exportadores comprendan que, a la hora de tomar estas decisiones tan importante no solo deben medirse los riegos habituales de una ruta por su posición geográfica y altitud sino también considerar los aspectos coyunturales tales como congestiones, amenazada de huelgas, etc. A medida que aumenta la inestabilidad en los servicios marítimos, el riesgo de exposiciones por demoras es mayor lo que hace aún más necesario implementar medidas adecuadas de protección.
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