TRANSPORTE DE CARGA EFICIENTE Y SUSTENTABLE El camino de la Validación Tecnológica Por Julio Villalobos Contreras, Director Centro de Transporte y Logística de la Universidad Andrés Bello. La industria del transporte de carga por carretera depende casi exclusivamente de los motores diésel, los que emiten enormes cantidades de contaminantes, afectando la salud pública y el medio ambiente. Además contribuyen significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático.
En este contexto, la gestión operativa de fl otas con motores diésel más antiguos ofrece grandes oportunidades para la reducción de emisiones, consumo de combustible y costos operativos, a través de la implementación de tecnologías apropiadas y buenas prácticas. También, mediante el retiro de estos motores, su reemplazo por unos más modernos de mayor eficiencia y menor contaminación o derechamente por la elección de nuevas tecnologías de cero emisión.
En cualquiera de estos casos, un programa de Validación Tecnológica, ofrece a propietarios y operadores de fl otas, métodos objetivos basados en resultados para medir y comparar diferentes tecnologías y estrategias que pueden reducir las emisiones, mejorar la eficiencia en el consumo de combustible y beneficiar la salud humana y el medio ambiente.
A comienzos de los 2000 en Chile el rendimiento promedio de un tracto camión con semirremolque que transportaba por carreteras interurbanas una carga de 20-30 toneladas, se mantenía de forma bastante estable entre los 2,4 a 2,6 km/litro. Lo anterior, a pesar de la disponibilidad emergente de equipos de bajo consumo, tecnologías e insumos complementarios, y buenas prácticas para el ahorro de combustible.
En esa época, tanto los grandes transportistas como los propietarios independientes de camiones estaban reacios a invertir en recambios tecnológicos, hacer modificación de con- figuraciones estándares e incorporar buenas prácticas de gestión, debido a la poca certeza respecto de los beneficios y retornos de estas inversiones. En esos momentos el desarrollo de la industria era difícil, incluso para las empresas de transporte más profesionalizadas y sofisticadas, para evaluar y validar las afirmaciones hechas sobre dispositivos y equipos de ahorro de combustible o para comprender cómo podrían funcionar estos dispositivos en sus propios servicios y contextos operativos. Validación Tecnológica La evidencia tanto nacional como internacional ha demostrado que el desarrollo de programas y protocolos de Validación Tecnológica objetivos, creíbles y transparentes, ha servido para demostrar la efectividad o ineficiencia de una gran variedad de equipos, tecnologías complementarias e insumos para reducir los consumos de combustible.
Los resultados de estos programas redundan en una mejor toma de decisiones a la hora de configurar las fl otas y de gestionarlas, ya que, en base a evidencia real en los contextos operativos específicos, incentivan la adopción de tecnologías que demuestren efectividad en la reducción del consumo energético, y apoyan a los tomadores de decisiones públicas a de definir programas de incentivo y capacitación para los transportistas, con el objetivo de mejorar estándares de eficiencia energé- tica en las operaciones de transporte o avanzar en el cumplimiento de los objetivos climáticos que como país nos hemos propuesto.
La Validación Tecnológica como camino tanto a nivel organizacional como desplegado a categoría de programa nacional, supone el desarrollo de protocolos de prueba (ejemplo: INN-NCh3331) y mecanismos de certificación y difusión, pero también incorpora pruebas pilotos de performance integral de equipos y vehículos, umbrales de desempeño de verificación y otros datos, que permitan una evaluación certera en contextos locales de las tecnologías para transporte, tanto las existentes como las por venir.
Al verificar la eficacia y estándares de desempeño, en contextos locales específi cos, de camiones, semirremolques, equipos auxiliares, tecnologías complementarias como los dispositivos de control de ralentí, los componentes aerodinámicos, los neumáticos de baja resistencia a la rodadura, los lubricantes, los aditivos y un largo etcétera, y al respaldar y difundir los resultados ciertamente se estimula la adopción temprana de aquello que demuestra impactos reales.
La Validación Tecnológica sirve como catalizador para mejorar decididamente la eficiencia de las operaciones del transporte de mercancías. Lo anterior cobra mucha más relevancia aún en un contexto global de despliegue acelerado de tecnologías disruptivas que vienen a revolucionar los cimientos de la estructura operativa tradicional del transporte de carga. Pienso en las fl otas eléctricas, los motores con combustibles de baja emisión (GNC, GNL), la promesa del hidrógeno verde, la automatización, y la transformación digital que abraza a las cadenas de suministro. Hoy 20 años después no es extraño encontrar, entre los operadores más profesionalizados y que han hecho de la búsqueda de eficiencia una ventaja competitiva, estándares de rendimiento de entre 3,2 a 3,4 km/litro para la operación caracterizada inicialmente.
Por lo tanto, las ganancias factibles, producto tanto de una renovación adecuada de fl ota como de la incorporación de tecnologías y buenas prácticas de gestión, alcanzan niveles de un 30%. El desafío es apurar, dinamizar y extender a toda la industria criterios y antecedentes que permitan alcanzar esas ganancias de eficiencia, ya no en 20 años, si no que, en el menor tiempo posible, tanto por la búsqueda de competitividad económica como por las urgencias energéticas y ambientales.
Para este logro, la Validación Tecnológica será el camino a través del cual se impulse la innovación y se aliente la adopción de tecnologías más limpias y eficientes, que apoyen y fortalezcan a pequeños transportistas y grandes fl otas de camiones, los que día a día sostienen la economía de nuestro país. |