La última milla como el gran desafío Por Patricio Lira Kappes, CEO y Socio Fundador KP Ingeniería Logística SpA. / plira@kpilogistica.cl La pandemia del Covid-19 se instaló en nuestro mundo de una forma nunca antes pensada, transformándose en un problema global que afecta a todos y, principalmente, a las economías de servicio como el turismo, líneas aéreas, transportes, entretención, Horeca, y el mundo del retail, por mencionar algunas. A raíz de ello, los niveles de desempleos, inseguridad y problemas sociales de carácter grave no ven una mejora en el corto plazo, dado que según los expertos la milagrosa vacuna tardará un buen tiempo en salir. Toda esta situación, además, estará asociada a más personas enfermas, colapsos hospitalarios y dificultades para atender esta gran demanda.
Por otro lado, la crisis sanitaria, ha generado una forma de vida diferente a la que está- bamos habituados. Teletrabajo y reuniones a distancia, que ya no se rigen por los horarios normales de trabajo; cuarentenas que restringen el libre movimiento de las personas; incremento de las ventas por e-commerce y por ende, los delivery; visitas médicas online; y la creación de nuevas páginas web para la venta de servicios y productos, para que los negocios sigan funcionando y no detener el ritmo de la economía que se vislumbra compleja para su recuperación inmediata. ¿Qué es lo complejo desde el punto de vista logístico? Surge la denominada logística de detalle, es decir, que requiere preparación a nivel de EAN13 en los diferentes centros de distribución, para dar abasto y precisión a la demanda de pedidos que tienen pocas líneas pero son intensos en cantidad con promesas de entrega. Por esta misma razón, la automatización se vislumbra como una opción para hacer más eficientes los procesos y evitar los errores, ya que estos son el principal problema, cuando se enfrenta un gran aumento de demanda.
En el caso de que una empresa no pueda enfrentar el costo de automatizar este proceso, podría diseñar un picking, que fuera capaz de soportar la intensidad de la preparación, con reposiciones permanentes; ordenar por rotación 80/20, volumetría; tener equipos de RF para asegurar al menos la calidad de la preparación; diseñar los empaques necesarios para asegurar la calidad de los productos; buenas etiquetas con la máxima información del cliente para evitar problemas; y turnos de personas apropiadas considerando las condiciones de pandemia vigente, distanciamiento y equipo necesario para operar.
Sin embargo, el verdadero problema al final de la cadena es la última milla, puesto que con esta alza en la demanda de productos, el detalle cambia y aumenta a números que no se estudiaron como parte de este canal de ventas, afectando al mismo tiempo, al sistema de transporte de las empresas, las cuales no pueden tercerizar este servicio a los Courier, ya que están hasta el límite de sus capacidades.
Es en este punto donde las etiquetas y los controles son más necesarios que nunca para evitar las molestias y pérdidas. Por lo tanto, por ejemplo, la carga o el pedido que antes demoraba dos días en ser distribuido en la Región Metropolitana, hoy llega a destino en un período, en torno, a los 10 días o más, más aún con el peligro de que en el camino se pierda o extravíe, tornándose en un real estrés para los operadores de cuarto de milla. Estas dificultadas nunca se habían visto, por lo que no se estaba preparado, especialmente para esta contingencia, vista desde el punto de vista del volumen y la cantidad de bultos en diferentes formas y tamaños.
Para tratar de sobrellevar esta problemática, muchas empresas están transformando su área de despacho en flota propia y/o flota arrendada con exclusividad, para de esta forma, entregar seguridad a sus clientes de que sus productos van a llegar a destino, con sistemas incluidos en su gestión. En realidad, la visión de esta área hoy es una verdadera guerra que trata de organizar y tener éxito en su cometido.
Otro factor a tomar cuenta, que quizás puede ser clave, es tener un muy buen encargado profesional del área de despachos, que cuente con sistemas de control de trazabilidad de los pedidos y que pueda tener la visibilidad y estar comunicado permanentemente con los moviles de despacho.
Poseer tecnología, además de una flota confiable con vehículos preparados y en buen estado y con choferes y ayudantes calificados y capacitados, además de un sistema de empaque de productos, puede lograr la satisfacción del cliente final.
Las entregas de procesos B2B y B2C en la última milla transcurre desde que el paquete sale del último punto de distribución (almacén, tienda o centro de distribución) hasta que llega al lugar de entrega. Es el último de toda la cadena de distribución y el más fundamental, ya que, se condiciona en muchos casos, con la conformidad o no del cliente. Logística dinámica Entonces quienes estén preparados para enfrentar este proceso constituyendo un área logística dinámica, que sea capaz de bajar al detalle la preparación de pedidos (abrir cajas y sacar unidades sueltas); que posea buenos y eficientes sistemas de control, como WMS de captura de pedidos a través de su página web y una cadena de abastecimiento de productos que asegure e impida los potenciales quiebres de productos; buenos lay out de disposición de productos para aumentar la productividad; gente capacitada; buenos elementos de empaque; y sobre todo, áreas de pulmón de tráfico para dar cabida al aumentos de bultos con orden y cuadraturas y, lo más importante, un cuarto de milla confiable que entregue el producto en óptimas condiciones, podrá sobrevivir a esta pandemia.
Y a futuro, continuar usando este modelo, que a mi juicio, llegó para quedarse, tanto en nuestro país como en el resto del mundo. |