Logística militar en situaciones de desastre (Parte I) Por Hugo F. Fontena Faúndez, Magister en Logística y Calidad IDE-CESEM España, Magister en Ciencias Navales y Marítimas APN Chile, Profesor en la Academia de Guerra Naval de Chile. Por la contingencia presentada por la pandemia del Coronavirus, Chile se encuentra en un estado de excepción constitucional, que ha dejado al país bajo el control de jefes de la Defensa, con sus medios orgá- nicos apoyando la institucionalidad sanitaria nacional.
Dicho esto, precisaremos inicialmente algunos términos para tener claridad en el tratamiento de los conceptos y significado de lo planteado, y luego, abordaremos las características, procesos y puntos de encuentro y diferencias:
• Emergencia: “…alteración intensa en las personas, bienes y ambiente, producto de un evento adverso o destructivo de origen natural o generado por la actividad humana que no excede la capacidad de respuesta de la comunidad afectada” (ONEMI)1.
• Catástrofe: Es un acontecimiento que, en un contexto preexistente de vulnerabilidad, puede actuar como desencadenante de un desastre, esto es, de un proceso de fuerte crisis y desestructuración socioeconómica con graves consecuencias en diversos planos.
• Desastre: “…interrupción grave del funcionamiento de una comunidad o sociedad que causa pérdidas humanas, materiales, econó- micas o ambientales generalizadas que exceden la capacidad de la comunidad o sociedad afectada para hacer frente a la situación, utilizando sus propios recursos” (ONU, EIRD)2. Se produce por la combinación de amenazas, condiciones de vulnerabilidad y capacidad o medidas insuficientes para reducir las consecuencias negativas y potenciales del riesgo.
Las situaciones planteadas son ejemplos en los que la “normalidad” desaparece y todas las redes y sistemas se estresan y pueden colapsar. En estas situaciones, se requiere una organización ágil y efectiva del manejo de la catástrofe para ayudar a la población afectada, minimizar el número de víctimas y limitar el impacto económico.
• Logística humanitaria: se define como “el proceso de planificación, implementación y control efectivo y eficiente de los flujos de productos, materiales e información desde los donantes hasta las personas o sector afectados, con el fin de satisfacer las necesidades de supervivencia”3.
• Logística militar: Es un negocio o disciplina, de planificación, preparación y provisión de recursos, como apoyo para las fuerzas, para permitir que estas vivan, se muevan y entrenen en tiempo de paz y se movilicen y desplieguen en una emergencia, mantengan la paz y combatan en tiempo de guerra.
La gestión de desastres considera básicamente tres etapas: antes, durante y después del desastre, con actividades, orientación y procesos diferentes; estas fases consideran actividades de preparación y mitigación, de respuesta y de recuperación, respectivamente. En Chile, el organismo técnico del Estado a cargo de la planificación y ejecución de la gestión de desastres es la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y Seguridad Pública (ONEMI).
Esta entidad planifica y coordina los recursos públicos y privados destinados a la prevención y atención de emergencias y desastres de origen natural o provocados por la acción humana, proporcionando a los ministerios, intendencias, gobernaciones, municipios y organismos de Protección Civil de nivel nacional, regional, provincial y comunal, modelos y planes de gestión permanente para la prevención y manejo de emergencias, desastres y catástrofes.
Las cadenas de suministro (CS) son la expresión física de la logística asociada a cualquier situación, por lo que analizar las características de esta en una situación de desastre nos ayudará a comprender los problemas y dificultades que se presentan. Los actores o factores a considerar en una CS son los siguientes4:
• Abastecimiento. • Inventario. • Red de distribución. • Flujos. • Tiempos de adelanto y prevención. • Sistemas de información. • Cliente. • Demanda.
Ahora bien, en la logística humanitaria, hay tres principios que deben observarse durante todas las fases de ejecución de esta: humanidad, neutralidad e imparcialidad. Considerando lo anterior, y para centrar el análisis en la cooperación que podría existir, veamos algunas de las características de las cadenas de suministros humanitarias:
• Demanda incierta.
• Flujos de información inexistentes o degradados.
• Requerimientos de respuesta inmediata.
• Desaparecimiento de cadenas de suministro en el área afectada.
• Infraestructura inadecuada en el área afectada.
• Oferta inadecuada. Mucha de la carga que se traslada en base a la logística humanitaria no sirve. Cantidad inmensa de ropa, productos vencidos, medicina expirada, etc., son algunas de las cosas que encontramos.
• Muchos actores. La solidaridad se expresa en múltiples organizaciones y ofrecimientos voluntarios que saturan los puestos de mando.
• Varias cadenas de suministro operando en paralelo, altamente descentralizadas.
• Escasa coordinación.
• Configuraciones operativas poco estructuradas.
• Diferentes niveles de tecnología disponibles y falta de estandarización de equipos y procesos.
• Donantes y beneficiarios en vez de accionistas y clientes.
• Pocos centros de almacenamiento, distribución y mando.
• Riesgos elevados.
• Escrutinio permanente de medios de comunicación y ONG.
• Falta o inexistencia de KPI necesarios para medir la eficiencia de los procesos y recursos utilizados.
Visto lo anterior, podemos colegir que tanto la logística humanitaria como la militar poseen algunas características similares:
• Ambas operan con demanda desconocida o incierta y ciertamente aumentada respecto a lo normal, o antes del evento que genera el desastre.
• Debe operar con su infraestructura fí- sica degradada o con la amenaza de serlo. Ausencia de procedimientos específicos para todas las situaciones planteadas.
• Ambas tienen un enfoque centrado en la eficacia y no prioritariamente en los costos como ocurre con la logística civil o privada.
Cuando ocurre un desastre, es posible esperar algunos efectos a consecuencia de este:
• Reacciones sociales: vandalismo, histeria, pánico.
• Riesgos sanitarios, derivados tanto de la aparición de situaciones que los genera como de la ausencia o degradación de un sistema de salud.
• Desplazamientos humanos (emigración, refugiados)
• Exposición a la intemperie, con los riesgos sanitarios que ello implica.
• Falta de alimentación y agua, derivado de la destrucción del almacenamiento e interrupción de la cadena de suministro.
• Salud mental.
• Daño a la infraestructura.
Como se puede inferir, las mayores necesidades que plantea una situación de desastre son de carácter logístico y sin pretender ser exhaustivo, una relación de las actividades logísticas en las operaciones de desastres sería la siguiente,
• Identificación de necesidades a la brevedad. Ninguna cadena de suministro puede funcionar si no se conoce la demanda en lo que se requiere y cuánto se requiere. Si no hay caminos, se puede acceder por mar o por aire y establecer enlace.
• Proveer asistencia de seguridad, servicios, material y transportes.
• Integrar al sistema logístico nacional la localidad afectada.
• Mantenimiento permanente de un alto nivel de preparación logística por parte de los actores logísticos.
• Ciclo de actividades en el área de operaciones: Evaluación, Despliegue, Sostenimiento y Reconfiguración.
En la segunda parte de este artículo, revisaremos las particularidades de las FF.AA. en este ámbito.
1) ONEMI. Oficina Nacional de Emergencia. 2) ONU, EIRD: Organización de Naciones Unidas; Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres, elaborada por la oficina de UN para la reducción del riesgo de desastres. 3) Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. 4) Mac Mera, “Logística humanitaria y logística militar en operaciones de alivio a los desastres naturales”. Academia de Guerra Naval, 2018. |