Externalidades de la Distribución de Carga Por Rodrigo San Martín M., Managing Director Argentina & Chile de Gori - A DHL Company El transporte y distribución de carga vía terrestre tienen un rol importante en la industria logística, el que representa cerca de un 15% del PIB nacional y que se caracteriza por estar fuertemente atomizado, existiendo cerca de 60.000 empresarios con un promedio de 1,9 camiones por empresa. Por este motivo, es fundamental entender su funcionamiento. Un tema olvidado Un tema que generalmente no se considera son las externalidades que genera esta actividad. Cuando las empresas deciden cuánto transportar, con qué frecuencia y en qué tipos de vehículos, no toman en cuenta algunos importantes costos sociales que le imponen al resto de las personas, por lo que sus decisiones de cuánto transportar y cómo hacerlo son menos eficientes de lo que deberían ser. Las externalidades más importantes tienen relación con la contaminación atmosférica, el daño a la infraestructura, la congestión vehicular y los accidentes.
Veamos primero el caso de la contaminación atmosférica. Los vehículos de carga livianos que transitan por Santiago, prácticamente no tienen límites en su antigüedad. Hoy en día, a pesar de lo deteriorada de la condición ambiental de nuestra ciudad, una camioneta o camión mediano de más de 20 años puede circular prácticamente libre por ella, ya que las restricciones existentes solo aplican a vehículos de peso bruto vehicular superior a 3.860 kg (que cargan más de 1.700 kg), los que no pueden ser más antiguos que 12 años para entrar al anillo Américo Vespucio.
Los últimos inventarios de emisiones para Santiago, muestran que el transporte es la mayor fuente contaminante (ver Tabla 1).
Dentro del Transporte, a su vez, los vehículos comerciales son la mayor fuente de emisiones de PM2,5 y NOx (ver Tabla 2).
Otras dos externalidades que van de la mano son la congestión y los accidentes. Las camionetas que hacen distribución aumentan la congestión fundamentalmente por tres razones:
1. Demoran el tráfico porque aceleran lentamente después de haberse detenido.
2. Retrasan el tráfico cuando el diseño de los accesos y salidas a las vías no es apropiado para los virajes de camiones y camionetas, o bien no están diseñados adecuadamente para que accedan a zonas de carga y descarga.
3. El tráfico también se ve demorado cuando las instalaciones de carga y descarga son inapropiadas y los camiones y camionetas deben estacionarse en la vía.
Respecto de los accidentes, según estadísticas de Carabineros, un 25% de los accidentes de Santiago involucran a un camión o camioneta de reparto.
Con el aumento de las ventas por Internet, también ha aumentado el parque de motocicletas. En los últimos diez años, en la Región Metropolitana aumentaron de 41.285 a 89.792, lo que equivale a un crecimiento de un 118%.
Según el Automóvil Club de Chile, un 80% de estas se usan para reparto.
Las motocicletas, por lo general, se usan para hacer entregas en poco tiempo, lo que presiona a los conductores a realizar maniobras arriesgadas, lo que a su vez aumenta las posibilidades de accidentes. ¿Cómo evitar que esto siga escalando? La respuesta más evidente es mejorar la regulación. Esto tiene el inconveniente de la difícil fiscalización, que se vería facilitada si en la distribución hubiese menos actores y, a mi juicio, si el sistema no fuese tan atomizado como lo es hoy.
La eficiencia del sistema de distribución actual es desconocida, pero seguramente es bastante baja. Hoy, una persona que tenga una camioneta de 1.700 kg solo tiene que cubrir sus costos marginales (petróleo, tag y algo para el bolsillo) para salir a hacer una vuelta de reparto. Así, tenemos infinidad de camionetas blancas, medio vacías distribuyendo productos alrededor de la ciudad. Ni hablar de mantenciones o renovación si esta persona solo cobra pensando en sus costos marginales. ¿Cuánto nos cuesta esta ineficiencia en términos de externalidades?
A mi juicio, las ciudades del país se merecen algo mejor en la distribución de bienes. No es solo un tema de regulación y fiscalización: las empresas contratantes de los servicios de distribución tienen una cuota muy importante de responsabilidad cuando contratan a prestadores de servicio informales, quienes generan mayor cantidad de externalidades por la mala mantención e ineficiencia con que manejan sus vehículos. |