Diseño y materialidad para eficientar instalaciones logísticas Por Rodrigo González Bestard, Asesor independiente de proyectos inmobiliarios industriales. Miembro de Supply Chain Council Chile. / rgonzalezbestard@gmail.com Debido a todos estos cuestionamientos, vale la pena detenernos en algunos conceptos antes de internarnos en la compleja tarea de diseñar y especificar técnicamente nuestras instalaciones logísticas.
Es más o menos evidente para todos, incluso para quienes no tienen mucha experiencia en el tema, que al momento de diseñar una instalación logística, más específicamente un centro de distribución, debemos identificar, en primera instancia, las zonas que se deben disponer en su interior.
Estas están generalmente asociadas a los macro procesos del recinto. Es así como podemos encontrar zonas de recepción, almacenaje, picking, de expedición y despacho, y hasta de valor agregado o de maquila de algún tipo. Zonificación y dimensionamiento del recinto Hasta acá la tarea parece bastante sencilla; tenemos identificadas nuestras zonas y lo que viene es dimensionarlas, es decir, determinar qué tamaño tendrán estos sectores. En algunos casos, el dimensionamiento está más ligado a la superficie de la zona y en otros al volumen de esta.
Empezamos entonces a incorporar números al diseño, que dimensionen cada una de las zonas definidas. Comenzamos por la recepción: ¿qué volumen vamos a recepcionar?, ¿con qué frecuencia llegará la carga?, ¿cuáles son las unidades logísticas con las que se recibirá (pallets, IBC, cajas, sacos, tambores, etc.)?
Luego, avanzamos hacia el ítem almacenamiento, donde nos preguntamos: ¿cuál es el nivel de inventario que almacenaremos?, ¿qué cantidad de SKU vamos a almacenar?, ¿qué control de inventario vamos a requerir?, etc. El control de estas variables nos permite identificar qué tipo de estructuras de almacenaje vamos a requerir, tales como racks selectivos simples, de doble profundidad o tal vez drive in, entre otras.
A esta altura hemos recibido y almacenado nuestra carga; ahora nos toca abastecer los pedidos, por lo que se deben dimensionar la zona de picking o preparación de pedidos y luego la de expedición y despacho. ¿Cómo son nuestros pedidos?, ¿qué frecuencia tienen?, ¿volúmenes de carga y cantidad de líneas o SKU por pedido?, etc. Para la zona de expedición y despacho, el dimensionamiento es muy parecido al de la zona de recepción y las preguntas que nos hacemos son similares.
Pero no basta con este sencillo ejercicio para dar por terminada la tarea de diseñar nuestro centro de distribución; el mismo hecho de hacer la pregunta les indicará que la respuesta es no. Obviamente no es suficiente identificar las zonas y definir su tamaño; hay otras consideraciones muy importantes que aclarar y definir para que el diseño cumpla con todas las necesidades que se requieren. Materialidad y especificaciones técnicas Si miramos nuestro Centro de Distribución con detenimiento, nos daremos cuenta de que no es más que una estructura, generalmente muy amplia, con cubierta, revestimiento lateral y pavimento interior. Pero si vamos descomponiéndolo, veremos que, por sencillo que parezca, tenemos varias alternativas para decidir sobre la materialidad y las especificaciones técnicas del edificio. En estructuras de centros de distribución podemos encontrarnos con pilares, vigas y costaneras en acero, de hormigón, y mixtas; estas últimas poseen pilares de hormigón, pero la estructura de su cubierta es metálica. También hay de hormigón prefabricado y aquellas que se hormigonan in situ.
Las cubiertas y revestimientos también nos presentan diversas alternativas. Tradicionalmente, vemos planchas metálicas tanto para revestimientos verticales como horizontales, pero también hay muros de hormigón o albañilería, con una estética más moderna y soluciones en fibro cemento y secciones de muro cortina (vidriadas) para una fachada más corporativa.
Para los pavimentos interiores también hay diferentes opciones, tales como pavimentos de paños grandes con pocas juntas y que consideran barras de traspaso para minimizar los alabeos (distorsión de losas que se curvan); y pavimentos con losas pequeñas, que tienen más metros lineales de juntas que los pavimentos de losas grandes, pero que se ahorran las barras de traspaso y disminuyen su espesor (menos volumen de hormigón).
Con tanta alternativa disponible para especificar nuestro edificio, ¿cómo podemos tomar la decisión correcta sobre la que más se ajusta a nuestras necesidades? Para orientar al lector en el tema de la estructura, podemos mencionar que el hormigón -a diferencia del acero- es incombustible (al acero se le debe aplicar pintura intumescente para mejorare su resistencia al fuego). Como nuestra actividad logística requiere ser calificada industrialmente, la Resolución de Calificación Ambiental emitida por la Seremi de Salud fijará los parámetros de resistencia al fuego del edificio donde se almacenará basándose en la carga combustible de nuestro stock. Entonces, es importante ver cómo daremos cumplimiento a nuestra calificación industrial.
¿Y qué pasa con los revestimientos? Acá no solo la resistencia al fuego es un elemento decisivo; la aislación térmica o la clasificación de riesgo de la carga también son factores que condicionan esta materialidad. Si necesitamos que la carga esté almacenada bajo ciertas condiciones de temperatura, debemos contemplar revestimientos que tengan aislación o bien aislarlos en base a otros elementos. Es importante tener en cuenta que los revestimientos metálicos tradicionales, que tan comúnmente se utilizan en las bodegas, prácticamente no tienen resistencia al fuego y no cuentan con aislación. Otra historia es cuando la carga que almacenaremos se clasifica como inflamable; ahí la materialidad y especificación de los muros perimetrales de la bodega nos obligará a considerar muros de hormigón armado.
Entonces, debo conocer las condiciones de temperatura y clasificación de riesgo de mi carga para poder decidir qué tipo de revestimiento necesito. Una consideración especial tienen los muros interiores, ya que en general para separar unidades se exigen muros cortafuego con determinadas características de resistencia al fuego. Existen muchos materiales que nos permiten alcanzar esa condición de resistencia, por lo que debemos informarnos antes de definirlos.
Por último, ¿qué tipo de pavimentos interiores requiero? Las losas peque- ñas ahorran en barras de traspaso y enfierradura; también disminuyen el espesor del hormigón, pero consideran muchos más metros lineales de juntas, lo que aumenta proporcionalmente las zonas susceptibles de “desconches” de pavimento. Las estructuras de almacenaje que hayamos definido para nuestra bodega son un elemento muy importante para decidir el tipo de pavimento, las cargas puntuales que ejercen estas estructuras que condicionan el diseño de estos, y también los equipos de movimiento de carga. ¿Qué pasa con los exteriores? Generalmente, no son muchas las horas de trabajo que se dedican a esta parte de la instalación. Sin embargo, son varios los factores que deben considerarse al momento de diseñar y especificar materialmente las vías de circulación y zonas de carga y descarga. Muchas veces los CD tienen una operación defectuosa más por lo que pasa afuera de la bodega que por lo que pasa adentro.
¿En qué tipo de camiones se recepciona o despacha mi carga? Si son camiones carrozados, seguramente la mejor opción son los andenes de carga. Pero tenemos camiones de descarga lateral, para los que se necesita un patio de maniobras para grúas horquilla, una rampa de acceso a la bodega y una cubierta para proteger la operación de la intemperie. ¿Qué sucede cuando recepcionamos en rampas abiertas con carpas protectoras de carga? Acá nuestra instalación debería considerar zonas de trabajo con estructuras con líneas de vida.
Si lo que quiero es que los camiones ingresen íntegramente al interior de la bodega, mi necesidad de puertas de acceso será especial, con alturas y vanos más amplios que permitan que el vehí- culo ingrese de forma cómoda y segura al interior de esta.
Existe mucha información (bibliografía y consultores) que nos habla de la importancia de identificar los procesos y dimensionar sus flujos y volúmenes al momento de diseñar nuestro centro de distribución, pero poco se habla de las especificaciones técnicas y materialidad del recinto. Este artículo es una invitación a revisar otras consideraciones que van más allá de las tradicionales. Rodrigo González es Ingeniero Civil Industrial de la PUCV y miembro del Comité Editorial de Revista Negocios Globales. |