Por Fernando Escudero, Director de oXirium. www.oxirium.com.ar
Fernando Escudero.
Mucho se ha escrito acerca de cómo la innovación tecnológica modificó nuestra vida cotidiana. Empresas centenarias e innovadoras en otras épocas, como General Electric, han sido reemplazadas en el inconsciente colectivo de las marcas más valoradas, por organizaciones de base tecnológica nacidas en las dos últimas décadas, que han sabido “surfear” las nuevas olas (e incluso, crearlas).
La percepción del consumidor respecto a los productos y las marcas también se ha modificado considerablemente. Sabe que no necesariamente va a comprar en una tienda, pero cuando lo hace, desea inuna experiencia superior de compra. El consumidor no solo quiere un buen producto que satisfaga sus necesidades, sino también quiere, más allá del producto, una identificación con la marca, la que incluye un estilo de vida, una responsabilidad social y un cuidado del medioambiente. Pero también exige un “time to market” a la velocidad de la luz: nuevos productos cada seis meses, innovación constante, producto en la góndola siempre, trazabilidad total y entregas puerta a puerta al minuto.
Elige tu propia píldora
Por años, el sector de la Logística se negó a la innovación tecnológica, muchas veces con justificación: la tecnología que podría ser útil no terminaba de despegar, y aquella que despegaba no era aplicable o no sumaba valor. Por años, el único avance concreto y masivo que llevó a la Logística a otro nivel de productividad fue el código de barras, y de esto ya han pasado varias décadas.
Pero, en los últimos diez años han coincidido, a favor de la Logística, varias circunstancias que empujan al sector a un salto cuántico de sofisticación: un mercado exigente al máximo, la necesidad de mejores condiciones laborales, y un avance tecnológico descomunal de tecnologías que calzan “como anillo al dedo” a lo que necesitan los procesos logísticos.
Como en el film “Matrix”, la Logística está en una encrucijada y debe elegir entre dos píldoras ante un nuevo mundo de exigencias que la podría llevar a desaparecer tal como la conocemos por ineficiente: la píldora azul es mantener el status quo, seguir viviendo en una falsa ilusión de eficiencia, mientras que la roja es explorar todo un mundo nuevo de posibilidades, y la llave de ese nuevo mundo son las nuevas tecnologías.
Los que elijan la píldora azul continuarán en su estado de letargo actual: en el mejor de los casos, serán almacenes informatizados con software de tipo WMS (Warehouse Management System) y un uso intensivo de códigos de barras a través de handhelds industriales, conectadas a la red corporativa a través de una red Wi-Fi. Estas organizaciones continuarán con su ilusión de que son sofisticadas, de que poseen almacenes informatizados, y de que sus procesos logísticos están optimizados.
Pero muchas otras empresas, apremiadas por ser llevadas a un punto extremo de decidir sobre su supervivencia, tomarán la píldora roja y serán capaces de ver: solo un salto tecnológico que lleve la productividad al próximo nivel, que mejore la calidad de vida de las personas que trabajan en la cadena de suministros y que integre a clientes y proveedores (y a toda la cadena en su conjunto) haciéndolos “formar parte”, será capaz de llevarla a la nueva era.
Por primera vez en la historia de la Logística, tecnologías que son de cotidiano uso para las personas en su vida personal, parecen haber sido pensadas para ser aplicadas a la Logística. Así como nadie tiene en su casa un software de tipo WMS, ni una handheld, ni escanea códigos de barra en el living, estas tecnologías sí forman (o formarán en un futuro cercano) parte de nuestro día a día hogareño y personal: aplicaciones móviles, GPS, realidad aumentada, reconocimiento de voz, robots, drones, y muchas otras. La gran pregunta es: ¿cómo podrá la Logística aplicar toda esta batería de nuevas herramientas sin tansformarse en una industria “techie”?
Nuevas tecnologías muy conocidas
Imaginen camiones con GPS que avisen que se están aproximando al centro de distribución. Esto permite optimizar la preparación de los pedidos a demanda según el orden de llegada de los vehículos que arriban a cargar:
Los responsables de preparación de pedidos reciben en sus anteojos de Realidad Aumentada las nuevas tareas, y a medida que las seleccionan, a través de las gafas van siendo guiados en el recorrido óptimo dentro del almacén, resaltando en cada paso las posiciones en las que deben detenerse y qué producto tomar de allí.
Al pasar por delante de una posición y visualizarla, en sus gafas pueden chequear el contenido de esa posición de almacenamiento con un detalle de los productos allí almacenados, o las necesidades de toma de inventario, reabastecimiento u otra información relacionada.
Mientras tanto, el camión asignado a esa operación ya reportó su acceso al CD de forma automatizada a través de su GPS o de un tag de RFID aplicado en su parabrisas. Como su carga aún no está preparada, la aplicación instalada en su dispositivo móvil le informa que al ingresar, debe dirigirse a una playa de estacionamiento para esperar a ser llamado a cargar. Ese mismo aviso es recibida por voz, y respondida de la misma forma por el conductor o el acompañante.
El responsable del armado de la carga, ya finalizando con la misma, reporta por voz el fin de la preparación, y agrega por el mismo método una incidencia de toma inventario sobre una posición de almacenamiento que ha visto vacía, a fin de que sea controlada.
El conductor del vehículo asignado para cargar, recibe en su smartphone un llamado por voz para que se presente a cargar en un determinado dock, a lo que confirma respondiendo afirmativamente.
El cliente final, a la espera de la llegada de su pedido, puede consultar a través de una aplicación en su smartphone el estado exacto de su preparación, el horario de llegada del transporte y la información relacionada al vehículo y conductor que realizará la entrega. Al arribar el camión, mediante la misma cámara de su teléfono móvil, confirma la entrega y el estado en el que es recibida la misma, asignando una puntuación al servicio.
Esta es solo una pequeña escena dentro de una amplia película que se compone de cientos de procesos de logística, que involucra a todos los actores (incluyendo actores externos a la compañía, como proveedores y clientes) y donde las nuevas tecnologías pueden potenciar la productividad llevándola a un “just in time”, maximizando el aprovechamiento de los recursos, integrando a todos los actores a la misma operación y utilizando tecnología que ya no será “para entendidos de la Logística”, sino que será la misma tecnología que todos los colaboradores de la cadena de abastecimiento usan en su vida cotidiana, bajando la barrera de ingreso, facilitando el aprendizaje y mejorando sustancialmente la calidad del trabajo dentro del centro de distribución.