Por Julio Villalobos Contreras, Director del Centro de Transporte y Logística de la Universidad Andrés Bello. ctl.unab.cl
Cuando hablamos de reducir costos y mejorar la rentabilidad, disminuir el consumo energético y reducir los impactos ambientales del transporte de carga por carretera, estamos hablando esencialmente de reducir el consumo de combustible y esto se logra a través de iniciativas que apunten a la excelencia operacional en sus operaciones. En transporte, la competitividad y la eficiencia energética son sinónimo de eficiencia integral.
La industria del transporte tiene impactos ambientales, sociales y económicos complejos y trascendentales, que se acumulan y agudizan conforme se crece económicamente. En los países en desarrollo, estos impactos ponen en cuestión la competitividad y sustentabilidad de sus economías, debido a carencias de infraestructura y planificación. Este sector proporciona un servicio fundamental a la creciente población mundial; sin embargo, representa una porción significativa de las emisiones totales de carbono negro, gases de efecto invernadero (GEI) y otros contaminantes.
A medida que la globalización y la urbanización continúen, crecen las economías en desarrollo y siguen aumentando los estándares de vida; por ende, el consumo de combustible y las emisiones asociadas al transporte de mercancías también se incrementarán. Para el año 2050, se tiene previsto que los camiones de carga mediana y pesada en todo el mundo consuman 1.240 mil millones de litros de combustible, un aumento del 38% sobre los niveles del año 2000. De este análisis, se desprende la necesidad de contar con programas nacionales y/o regionales de “transporte limpio”, “transporte ecológico”, “transporte sustentable” o como se les quiera denominar.
Impactos del transporte de carga por carretera
El programa Smartway de EE.UU. ha sintetizado los impactos ambientales, energéticos, sociales y económicos, a fin de promover los programas de transporte limpio como una estrategia fundamental para empresas y países.
Impactos ambientales y energéticos
Reducir los impactos que provocan las emisiones de diésel en la salud pública. Los óxidos de nitrógeno (NOX) y el material particulado (MP), incluyendo el carbono negro, son los principales contaminantes producidos por los motores de combustión diésel. Estas emisiones contribuyen a graves problemas de salud pública, incluyendo la mortalidad prematura, y contribuyen a la creación de ozono troposférico. Asimismo, agravan enfermedades respiratorias y cardiovasculares, y, desde 2002, la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA) ha clasificado la exposición a gases de combustión diésel como un posible carcinogénico.
Disminuir los impactos sobre las poblaciones vulnerables. Niños, ancianos y personas con problemas de salud existentes se ven afectados de manera desproporcionada por estas emisiones en vista de que sus sistemas cardiovasculares, respiratorios e inmunes son más vulnerables a los contaminantes. Además, los centros de operaciones del transporte y sus accesos, puertos, fronteras y otras áreas donde se concentran las actividades de camiones están, por lo general, ubicadas cerca de barrios de bajos ingresos, y sus emisiones afectan desproporcionadamente a estas comunidades.
Reducir el carbono negro y las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático. Se estima que, a nivel global, el 23% de las emisiones de GEI relativas al uso de energía provienen del sector Transporte. En términos de emisiones, cada litro de diésel consumido genera 2,7 kilogramos de CO2, uno de los principales gases de efecto invernadero, además de carbono negro, otro colaborador fundamental para el cambio climático.
Mejorar la seguridad energética. En Chile importamos casi la totalidad del petróleo que consumimos, el Transporte representa el 33% de la matriz de consumo energético total y el ítem combustible constituye hasta un 45% de los costos operativos en las empresas de transporte de carga por carretera.
Impactos sociales y económicos
Reducir los costos de combustible para el transporte.Los precios de los combustibles tienen un impacto significativo en la rentabilidad y competitividad de los transportistas y por ello de quienes contratan estos servicios (prácticamente la totalidad de las industrias). También afectan al costo que conlleva la entrega de productos a los remitentes y, en última instancia, a los consumidores. Así es que un programa de transporte limpio que ofrece una mejor eficiencia operativa del transporte de mercancías y una reducción en el consumo de combustible representará un beneficio económico directo a los transportistas, los generadores de carga y la sociedad.
Mitigar los problemas de infraestructura y congestión. La movilización de mercancías puede exacerbar la congestión existente en las carreteras, especialmente en las zonas urbanas, aumentando los costos asociados con la pérdida de productividad. Las operaciones de transporte de mercancías más eficientes, como una reducción de kilómetros conducidos sin carga, pueden ayudar tanto a reducir embotellamientos como a minimizar las necesidades de infraestructuras relacionadas con el transporte y disminuir la contaminación.
Mejorar la seguridad vial. En la medida que aumenten los volúmenes totales de tráfico, también aumentarán accidentes que ocasionan lesiones y pérdida de vidas humanas. Los camiones grandes y pesados pueden ser responsables de una importante y creciente proporción de los accidentes y muertes. En la medida que los programas de transporte limpio mejoren el uso de la flota, reduzcan los kilómetros de recorrido y reduzcan la velocidad del camión, también debe mejorar la seguridad vial en general.
Impulsar la innovación tecnológica Los programas de transporte limpio pueden desempeñar un importante papel al estimular los avances tecnológicos en el diseño de motores, tráileres y neumáticos, así como los estándares de combustibles más limpios. Los programas también pueden ayudar a introducir esas innovaciones en el mercado en una escala que reduzca los costos. Los transportistas y generadores de carga que no adopten estas medidas, y muchas otras, pronto podrían estar en severa desventaja frente a su competencia.
Desarrollo económico local. La eficiencia del transporte de mercancías garantiza que el capital local permanezca y libera los recursos financieros para usos alternativos. Un programa de transporte limpio también puede fomentar nuevas industrias locales, asociadas a sus adecuaciones operacionales en este nuevo contexto. Por ejemplo, se pueden crear y mantener puestos de trabajo relacionados con la instalación y mantenimiento de tecnologías de diésel limpio.
En futuras entregas mencionaremos los alcances y estructura que, tanto a nivel de empresas de transporte, como a nivel nacional tienen los programas de transporte limpio, los cuales en la gran mayoría de los países desarrollados han demostrado ser una herramienta eficaz para abordar integralmente los impactos de este sector.