Por Roberto Hetz.
Al 31 de diciembre de 2013, la capacidad de la flota mundial de naves portacontenedores era de 17.278.990 TEU y se espera que a fines del presente año esta crezca a 18.276.358 TEU, es decir, un 5,8%. Conforme a las órdenes de construcción y estimaciones de reciclaje, esta capacidad debiera crecer en un 8% en 2015 y un 4,6% el año 2016, llegando a fines de ese año a 20.634.114 TEU. A ello se suma que en la actualidad existe un stock de 120 naves de para, que totalizan 228.000 TEU adicionales. Para 2015 se estima que China crecerá en un 7%, de modo que, de cumplirse esta proyección, sumado a la recuperación del comercio mundial y disminución de órdenes de construcción, a fines de 2015 se lograría un equilibrio entre oferta y demanda y, como consecuencia de ello, el costo de los fletes marítimos tendería a recuperarse. Lo anterior plantea la urgente necesidad de desarrollar en Chile nueva infraestructura portuaria, capaz de recibir a las naves que por su tamaño y diseño hacen más eficiente el transporte marítimo.
La utilización de embarcaciones de mayor capacidad permite aprovechar economías de escala y menores costos en el transporte, favoreciendo y facilitando el intercambio comercial entre los países. En el mercado de naves portacontenedores, el crecimiento de los últimos años ha sido notable, con unidades de hasta 18.000 TEU actualmente en construcción. Por su diseño y otras características, estas naves son más eficientes en tres aspectos fundamentales:
Económicamente, debido al menor costo unitario de transporte.
Energéticamente, por su menor consumo de combustible por unidad transportada.
Ecológicamente, ya que generan menores emisiones de CO2.
No obstante, los puertos chilenos no están en condiciones de recibir estas naves, por lo que es necesario impulsar a la brevedad el desarrollo de nueva infraestructura portuaria, como el Puerto de Gran Escala que se pretende construir en la Zona Central de Chile, en la Región de Valparaíso.
Esto adquiere mayor relevancia si se tienen en cuenta las innegables ventajas de potenciar el intercambio por vía marítima, en el cual se basa la mayor parte del comercio exterior de Chile, que alcanza a un 94% del total. Las estadísticas en este ámbito indican que aproximadamente un 90% del comercio mundial se moviliza por mar, mientras que la contribución de los buques a la emisión global de CO2 alcanza solo el 2,2%. Este modo de transporte es el más regulado internacionalmente, más seguro y amistoso con el medioambiente.
Adicionalmente, la industria está implementando nuevas medidas para reducir la emisión de gases de efecto invernadero y, al mismo tiempo, aumentar el índice de eficiencia energética de los buques, lo que considera un calendario para utilizar combustibles más limpios y con menos contenido de azufre.
Muchas de las medidas que apuntan a elevar los estándares en este campo se encuentran en estudio por los organismos competentes y sus países miembros, como es el caso de la Organización Marítima Internacional (OMI). En este sentido, existen foros -como la próxima feria internacional Exponaval Trans-Port 2014, que se desarrollará en la Base Aeronaval Viña del Mar entre los días 3 y 4 de diciembre- para seguir intercambiando ideas y dar a conocer experiencias derivadas de la implementación de medidas ya acordadas y otras que se encuentran en estudio en las organizaciones marítimas competentes.
Autor:
Roberto Hetz Vorpahl, Ingeniero Civil, con mención en Industrias. Postgrado en Administración, Universidad Técnica Federico Santa María y Universidad Adolfo Ibáñez. Desde 2009, es Presidente del Directorio de A.N.A. y Presidente de la Asociación Nacional de Armadores A.G.