Las Cadenas de Suministro y los Juegos del Hambre | | | | Rodolfo Torres-Rabello | Jorge H. Chávez | | | Un experto de la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación) afirmó que 1.300 millones de toneladas de comida se pierden cada año, de las cuales 100 millones de toneladas corresponden a América Latina. Por una parte, personas hambrientas. En el otro extremo, comida que se pierde. Lo que está en medio es la Cadena de Suministro. Pérdidas de alimentos en la Cadena de Suministro Los alimentos son producidos y procesados. En el mundo no siempre esa producción y procesamiento se realiza en forma sustentable. Los procesos productivos no solo generan alimentos en condiciones de ser consumidos (por ejemplo, frutas en conserva), sino también residuos industriales líquidos, sólidos y gaseosos. Hay experiencias notables de producción sustentable, donde los desechos de una empresa son utilizados como insumos por otra. Si esto no es así, en este proceso productivo se pierde una parte, susceptible de ser aprovechada como alimentos o, al menos, como insumos para alimentos procesados. En Estados Unidos y Europa se estima que un 40% de lo que se produce se desecha. Los alimentos, una vez producidos, son transportados por empresas intermedias (por ejemplo, operadores logísticos) hasta llegar a un puerto, para ser embarcada a otros mercados. O a un aeropuerto. El 50% de la comida utilizable se pierde en el camino. Las razones son muchas y quienes han trabajado con perecibles lo tienen claro: deficiente control de la cadena de frío, malas prácticas de almacenamiento y transporte, entre otras. Cuando los productos son destinados a mercados externos, a veces son desechados por no cumplir con ciertas exigencias de color, tamaño o apariencia, aun cuando sus propiedades nutricionales son óptimas. Aquí la experiencia de los profesionales de la Logística trabajando con clientes nacionales y extranjeros puede ser de utilidad. Los alimentos son comprados por consumidores que utilizan una parte y luego de-sechan otra parte en los tarros de basura. En países desarrollados cada persona arroja a la basura una media de 95 a 115 kilos de comida al año. Hay iniciativas en marcha para comprar racionalmente y minimizar los desperdicios. Aquí todos podemos ayudar. Y resulta urgente enseñarle a los niños, los que heredarán el planeta. Y hay urgencias. Organizaciones oficiales y no oficiales hacen regularmente esfuerzos por llevar alimentos a lugares donde hay crisis humanitarias, tales como los campamentos de desplazados por guerras civiles. La Logística Humanitaria se preocupa de estos casos. Y en Chile conocemos lo complejo que es llevar ayuda rápida y eficaz a cada persona damnificada después de un incendio o un terremoto. Imaginemos la complejidad que es llevar alimentos a un campamento de desplazados, donde la ayuda debe llegar no a un depósito de entrega, sino a miles de estómagos vacíos. Ampliando el rol de la Logística Y es que la Logística es más que el almacenamiento y el transporte. Es más, mucho más. No son pocas las empresas que han debido ayudar a su comunidad después de una catástrofe natural y, en esas circunstancias extremas, los profesionales de la Logística han debido aportar sus medios y su experiencia, su coraje y su disciplina, probadas en condiciones bajo presión. En el mundo de la Logística Militar es sabido que el ámbito de acción incluye mucho más que el mero almacenamiento y transporte: el suministro de alimentos es parte de ese quehacer. Pero, el mayor aporte que puede hacer la Logística y, en general, las Cadenas de Abastecimiento, es reducir al mínimo las pérdida de alimentos en la compleja red de productores, distribuidores y consumidores. Sabemos hacerlo. Podemos hacerlo, si queremos. Autores Rodolfo Torres-Rabello es profesor del MBA de la Universidad Alberto Hurtado. Jorge H. Chavez es investigador, académico y consultor internacional en Logística y Supply Chain Management. jorgeh.chavez@gmail.com Ambos son autores del libro Supply Chain Management, Edit. RIL, 2012. | | |