Los filósofos son amantes de la sabiduría, o al menos, eso es lo que significa la palabra “filosofía”. Un sábado en la mañana, en una librería de viejo, encontré un libro de filosofía presocrática (antes de Sócrates, que vivió unos cuatro siglos antes de Cristo), y leyendo la colección de pensamientos que contenía, no pude dejar de pensar que, a pesar de los enormes avances que hemos logrado en la Ciencia y la Tecnología, el hombre sigue siendo, en esencia, el mismo. Seleccioné algunos pensamientos que podrían ser válidos para cualquiera que deba liderar personas en pos de un objetivo, es decir, un jefe o gerente. Dirijamos, pues, estos pensamientos a los jefes o gerentes de Logística. El liderazgo es un camino “Si has aprendido ya a ser mandado, aprenderás a mandar” Solón, el Ateniense. Un jefe o gerente de Logística se forma en el terreno. Es claro que necesita conocimientos sólidos de Ingeniería (y deseablemente, una especialización en Logística), pero necesita conocer la realidad desde adentro: saber qué ocurre en un turno nocturno, cuando el camión queda en panne, cuando llegan diez containers sin aviso, cuando llegan los pedidos urgentes o cuando nos cambian las prioridades. Es una buena escuela tener un buen jefe y aprender de él, considerando que cada evento es una oportunidad de aprendizaje. El jefe de Logística debe ser un buen negociador “Prefiere las pérdidas a las ganancias torpes, que lo uno te dolerá una vez, lo otro siempre” Quilón, el Lacedemonio. Un factor crítico de éxito de un jefe o gerente de Logística es su capacidad de negociar. Debe negociar con las áreas comercial y financiera, pero también con los clientes y con el Operador Logístico, si es que trabaja con uno. También con los transportistas y con el personal de bodega, si es que hay que organizar un turno de emergencia. El jefe o gerente de Logística necesita comprender el proceso en detalle “Preferiría haber encontrado una sola explicación de las causas que llegar a ser rey de los persas” Demócrito. Hay dos formas de enfrentar el día a día: resolver los problemas a medida que van llegando o tratar de entender las causas y resolverlas de una vez. Es fácil distinguir entre unos y otros: los primeros viven en permanente “incendio”, improvisando soluciones y resolviendo las urgencias. Los segundos han logrado entender las causas de raíz y han aplicado el principio del 80/20 para concentrar sus esfuerzos. Los segundos son los primeros en desempeño. Medir para mejorar “Ahora que, en realidad, todo lo cognoscible tiene número, que sin número no habría modo ni de entender ni de conocer cosa alguna” Filolao. En lenguaje actual, “no se puede mejorar lo que no se puede medir”. Los jefes o gerentes de Logística necesitan implementar un sistema de medición que no fomente la auto-complacencia. Un sistema de medición que mida en forma cruda y real lo que ocurre en los zapatos del cliente. Un conjunto de métricas que permitan anticiparse y no sólo que miren por el espejo retrovisor. Ejecución eficiente “Pon manos a la obra con lentitud, pero una vez comenzado, sé constante” Bías, el Prineo. Un ejecutivo japonés comentó una vez que los occidentales somos muy rápidos en implementar, pero nos equivocamos mucho, mientras que los orientales son más lentos al comienzo, pero una vez que empiezan lo hacen decididamente y con menos errores. La Logística requiere una planificación rigurosa, alineada con los planes comerciales y estratégicos, así como también una programación de las operaciones cuidadosa, que sepa combinar personas, procesos y tecnología, para entregar los productos en la cantidad y condiciones solicitadas, en el tiempo y el lugar requeridos, con la calidad y los costos apropiados. El jefe o gerente de Logística necesita saber cómo gestionar los cambios “Aun los que se bañan en los mismos ríos se bañan en diversas aguas” Heráclito. Los jefes y gerentes de Logística se enfrentan a la complejidad, que puede provenir del entorno, de la propia empresa, del lado de la oferta o de la demanda. Los jefes y gerentes de Logística se enfrentan continuamente a la necesidad de introducir cambios y mejoras: nuevas tecnologías, nuevos canales de distribución, nuevos proveedores, nuevas sucursales, nuevas líneas de negocio, nuevos productos. Y no basta con enfrentar con coraje los cambios, sino que es necesario movilizar personas, cambiar procesos, implementar software y una larga lista de actividades de implementación. Pero el gran desafío es hacer que el cambio sea sustentable, y que esté dotado de inteligencia o, lo que es lo mismo, de un círculo virtuoso de mejoramiento continuo. Nos haría bien hojear de vez en cuando libros como éste. |