La formación en el sector de la logística y el transporte es evidentemente insuficiente y decididamente mejorable. En estas industrias (quizás como en ninguna otra), las instituciones tradicionales de educación no han sabido dar respuesta a las necesidades de capacitación que poseen estas compañías, seguramente por un profundo desconocimiento de las transformaciones experimentadas por estos sectores, de los procesos centrales que componen los servicios logísticos y de transporte, de las claves de una gestión profesional que mejore la rentabilidad y de una sustentabilidad en la ejecución de estas actividades. Todo lo anterior se da en el contexto de una mayor complejidad debido a una creciente integración de todos los procesos logísticos en las cadenas de suministro, entre los cuales el transporte es el más relevante en términos de costos, activos involucrados y complejidad en su operación. El ámbito cubierto por la educación tradicional dice relación con la formación de Ingenieros en Transporte o de Operaciones (expertos en modelar flujos vehiculares y de cargas e ingeniería de tránsito o modelaciones de procesos productivos) o profesionales de la Economía del Transporte (análisis y composición de la estructura de mercado de esta industria). Sin embargo, lo que las empresas requieren es conocimiento especializado práctico, además de líderes capaces de gestionar eficientemente los procesos centrales del transporte, con el objetivo de incrementar la rentabilidad y generar valor para empresarios y clientes, es decir, competencias de management logístico. La metodología de enseñanza debe ser innovadora y poseer un alto componente práctico, la generación de sus contenidos, así como el cuerpo académico, debe provenir necesariamente del mundo de las empresas y, por último, no hay que descuidar los contenidos teóricos ni las tendencias actuales de economías más desarrolladas y competitivas para este sector. Los contenidos presentados en el recuadro deben ser estructurados modularmente a fin de facilitar un proceso de formación continua en las empresas (que no entorpezca el desempeño laboral) y ser acompañados de casos prácticos, ojalá relevantes para la empresa o sector específico en que se impartan. Este es sólo el primer paso y para darlo se requiere de la voluntad y convencimiento de los empresarios de avanzar decididamente hacia una gestión profesional de la logística y el transporte: camino ineludible para mejorar la competitividad y la sustentabilidad de las empresas. Actualmente, el mercado ofrece la tecnología necesaria, los vehículos apropiados y la infraestructura requerida; queda avanzar decididamente en innovar y mejorar la gestión integral de la logística, mejorando las competencias del recurso humano a través del desarrollo, aplicación y difusión de conocimientos especialistas y herramientas prácticas de gestión. Con la certeza de que en gran medida el futuro de las empresas, y en último término de la competitividad de la economía chilena, pasa por el desafío de la calidad en la formación de su recurso humano, los profesionales de la logística y el transporte debemos urgentemente avanzar en este campo. No existe mejor negocio que incorporar en nuestros activos personales o corporativos herramientas que sustenten una ventaja competitiva. |