Revista Negocios Globales - Envases para alimentos: Una industria que corre a alta velocidad

Envases para alimentos
Una industria que corre a alta velocidad

En pocas industrias se podría decir que Chile está a la vanguardia a nivel mundial, pero la de envases es una de las excepciones. En el mercado de los productos frescos, especialmente fruta, Chile no tiene nada que envidiar a otros países, porque al estar lejos de los destinos de exportación se ha visto obligado a desarrollar tecnología de punta en refrigeración, lo que hace tiempo está impulsando a la industria de los envases a correr a alta velocidad.

Acerca de los desafíos de esta industria, sus proyecciones y los envases que vendrán, conversamos con destacados proveedores en el Desayuno organizado por la Revista Negocios Globales.

Eduardo Nielsen,
ENVASES ORLANDINI

Jorge Huerta,
ITALPLAST

Cristian Spoerer,
COEXPAN-
COEMBAL

Alejandro Alquinta,
ENVASES ROBLE ALTO

Carolina Vergara,
CRISTALERIAS DE CHILE

Felipe Otarola,
ALUSA

Durante los últimos 25 años, el mercado ha cambiado drástica-mente la forma de entregar el producto al consumidor. Hoy, se necesitan, como indica Eduardo Nielsen, Jefe de Ventas de Envases Orlandini, otros medios contenedores, que le permitan al producto ante todo estar en las mejores condiciones higiénicas y, segundo, exhibir una bonita presentación.

Se requieren, más que antes, envases con condiciones de refrigeración especial, además de eficiencia y estética, impresión de calidad, colores llamativos y full diseño. Según Jorge Huerta, Jefe de Ventas de Italplast, la industria de envases en Chile está concentrada en satisfacer las necesidades del mercado asiático y europeo, especialmente en términos de asegurar la calidad del producto.

El envase como herramienta de venta

Aunque no al ritmo que los proveedores esperarían, la industria de envases ha experimentado un crecimiento importante, especialmente en términos de unidades producidas, porque en su conjunto ha sido capaz de entregar a los clientes soluciones de packaging integrales.

Transportar, proteger y vender, las tres funciones básicas de los envases, son a juicio de Cristian Spoerer, Gerente de Ventas de Coexpan-Coembal Chile, el motor que ha impulsado esta industria. "El consumidor no siempre ve el contenido de un envase, sino el exterior y eso es lo que compra, por lo tanto, el papel que cumple el envase es muy relevante, ya que es una eficaz herramienta de venta".

Este rol protagónico del envase en el punto de venta, según Jorge Huerta, ha llevado a los proveedores a generar un desarrollo conjunto con sus clientes. En este sentido, Alejandro Alquinta, Jefe de Distribución de Envases Roble Alto, señala que particularmente han debido hacer muchas innovaciones en las cajas de cartón que comercializan, con impresiones de un nivel de calidad impensado ha-ce algunos años atrás.

En el caso de los envases de vidrio, que como indica Carolina Vergara, Jefe Sector Analcohólicos y Alimentos de Cristalerías de Chile, siempre ha sido percibido como un envase más caro, en la actualidad es muy competitivo con productos como la lata y el tetra, especialmente porque han hecho esfuerzos por bajar los precios y desarrollar envases más livianos.

¿Precio o valor agregado?

En el crecimiento de la industria de los envases, a juicio de Jorge Huerta, también han incidido los factores ca-lidad, puntualidad y servicio, además del precio, una variable que en ocasiones pesa más que cualquier otra. Lo que ocurre, como explica Felipe Otarola, Gerente Técnico y de Desarrollo de Alusa, es que las grandes multinacionales de alimentos se globalizaron producto de la regionali-zación de los mercados, que empieza a generar una normalización de la oferta, con productos estandarizados y commodities.

En opinión de Cristian Spoerer, eso hace compleja la inversión en desarrollo de nuevos productos, porque rápidamente el mercado todo lo comoditiza. Esto ha conllevado, según Felipe Otarola, a que más que cumplir con las "3B" del mercado -bueno, bonito y barato- muchas empresas se conformen sólo con las dos últimas -bonito y barato- con el riesgo que tiene para el mercado exportador el no garantizar la calidad de los envases que contienen sus productos.

Para Eduardo Nielsen, un factor relevante al momento de desmarcarse del precio es la oportunidad, clave en el éxito en la relación cliente-proveedor. "Una empresa puede competir en condiciones muy ventajosas si es capaz de cumplir oportunamente con los plazos requeridos por los clientes", explica.

En la actualidad, son muchas las empresas que están pidiendo más valor agregado. Según señala Carolina Vergara, las compañías piden envases de vidrio más elaborados, etiquetados, decorados y pintados, principalmente porque lo que buscan es que el producto en la góndola se venda por sí solo. "Chile y el mundo están pidiendo envases de valor agregado y en nuestro caso los clientes nos compran porque valoran el servicio que entregamos".

En escenarios de creciente competencia, Alejandro Alquinta señala que centrarse en el servicio y el valor agregado es un enfoque que particularmente les ha dado muy buenos resultados. Y es que como indica Fe-lipe Otarola, a pesar del factor precio los clientes necesitan innovar, lo que está muy lejos de ser un commodity. "Y en ese sentido ya se está hablando de envases biodegradables y de films biodegradables en base a celulosa, que aunque están en etapas de desarrollo incipientes pronto serán un estándar. De hecho, hoy existen vinos, fruta y aceite de oliva de origen orgánico, negocios que pagan por un envase especial para un producto Premium y que le permiten a este mercado salirse de los commodities permanentemente", afirma el ejecutivo de Alusa.

Los envases del futuro

Las políticas ambientales están tornándose cada vez más relevantes para la industria de los envases a nivel mundial. Como señala Eduardo Nielsen, en Estados Unidos, por ejemplo, ya se están pidiendo envases 100% reciclables, además del desarrollo de productos no tóxicos. En el caso de Coexpan-Coembal Chile, Cristian Spoerer indica que desde otros países ya se exigen envases de plástico reciclados para la uva, sobre todo de PLA, una resina hecha en base a maíz.

En definitiva, a juicio de Felipe Otarola, lo que el mercado quiere son estructuras complejas altamente eficientes, que les permitan competir fuertemente a través de envases con mejores barreras y menores precios. "En cuando a productos más elaborados, se requieren envases que alarguen la vida útil del producto en condiciones extremas, además de contenedores cada vez sofisticados, con mucha gráfica y diseño, y que respondan a determinadas certificaciones de calidad", afirma.

Buscando proteger el producto, que era uno de los objetivos fundamentales que perseguían los envases inicialmente, las empresas comenzaron a exigir cada vez más protección, evolucionando hoy día hacia los envases activos, plásticos o vidrios que puedan mejorar la calidad del producto. En la actualidad, como indica Cristian Spoerer, se requieren envases que no sólo mantengan el producto en óptimas condiciones por un lap-so de tiempo determinado, sino que trabajen en un sistema en torno al producto, lo que se ha denominado mundialmente como "envases inteligentes o activos".

Hace algún tiempo se introdujo en Chile la bolsa de atmósfera modificada, un envase que permite a la fruta respirar -y que puntualmente en Chile ha permitido incrementar la exportación de cerezas- a través de poros selectivos que controlan la cantidad de oxígeno y anhídrido carbónico. Asimismo, según el ejecutivo de Coexpan-Coembal Chile, ya se habla de envases capaces de controlar hongos y bacterias, de envases con olor -por ejemplo yogurt con olor a frutilla- de manera de capturar al cliente ya no sólo por la vista, sino por el aroma de un producto. Porque hoy el cliente es el que elige, no el vendedor el que entrega.