La incidencia del transporte en la cadena de suministro se ha visto incre-mentada por la dinámica competitiva actual y el paradigma de la disminución de stocks (inventarios) en la cadena, sustituyéndose almacenaje por transporte. Por ejemplo, los clientes distribuidores (comercio, grandes tiendas, supermercados, etc.) no están dispuestos a almacenar grandes cantidades de inventarios, debido fundamentalmente a: Costos del espacio físico para almacenaje (las tiendas prefieren utilizar el espacio en sala de venta). Riesgo de quedarse con mercancías que no se puedan vender (obsolescencia, cambio cada vez más rápido de modas, etc.) Costo de tener mercancía en almacenes a la espera de ser vendida (costo financiero del inventario). Mayor variedad de productos, destinados a mercados y clientes específicos. Todo lo anterior, ha llevado a que se sustituyan grandes envíos en períodos distanciados de tiempo por envíos menores más seguidos (sustitución de almacenaje por transporte). Esto, se traduce en una mayor responsabilidad para el transporte, debido a que pasa a ser un proceso clave en la cadena de valor de las ca-denas de suministro de hoy. En este contexto, el desarrollo de la industria del transporte y la distribución ha visto cómo los servicios requeridos por los clientes se han complejizado. Hoy en día, no basta con cumplir con la premisa básica del transporte: gestionar el flujo físico de las mercancías, es decir, llegar con la carga en el plazo convenido y sin daños. A lo anterior, se agregan a lo menos 3 flujos que deben ser administrados y que se incluyen en el servicio formando parte integral del servicio de transporte y distribución moderno. Estos son: flujo de información, flujo documental y flujo de valores o fondos. Este escenario plantea el desafío de reconocer al transporte como presta-dores de servicio en diferentes dimensiones, que a su vez requieren de competencias distintas y cuya ejecución eficaz y eficiente resulta fundamental para todas las empresas que conforman una cadena de suministro exitosa y, lo que es más importante, es crítica para la satisfacción del cliente final. ¿Están las empresas preparadas para este desafío? Un diseño eficiente de la cadena de suministro, junto a una ejecución eficaz, donde el transporte juega un rol crítico, puede significar importantes aumentos en los resultados de las empresas. Esto, debido a eficien-cias que se traducen en menos quiebres de stock en puntos de venta y, por ende, mejoras en las ventas, menores incidencias, mayor satisfacción de los clientes y mejor información para una gestión superior de la logística en las empresas. Esta gestión se lleva a nivel estratégico si se suma la posibilidad de gestionar el transporte y distribución a través de proveedores profesiona-lizados, por medio de los cuales se pueda además reducir los costos fijos asociados al transporte, liberar capital e incorporar experiencia y conocimiento especialista a la cadena en que participamos. Las empresas y, más específicamente, los gestores logísticos que avancen en cómo hacer su transporte y distribución más eficiente y eficaz estarán dotando a su organización de un factor de diferenciación que en algunos casos puede llegar a ser incluso una ventaja competitiva. |