Más allá de la tecnología orientada a la fabricación de películas y láminas de materiales poliméricos, el uso de cada una de las resinas, y la sinergia y dinámica que se produce como efecto de la suma de propiedades y beneficios de los elementos que conformarán la película o lámina obtenida en el proceso de fabricación, ya sea por coextrusión o por efecto de laminación, tiene como base de sustentación el resultado de la siguiente ecuación: Alimento + Procesos + Materiales de Envasado Cada uno de los elementos utilizados nos entrega información que al final tendrá una relación directa con el resultado esperado de vida útil del alimento. Tal es el caso del control y búsqueda de la preservación de las características sensoriales y organolépticas del alimento que se envasará, para lo cual los materiales deben configurarse en la dirección adecuada de uso mecánico, termoformabilidad, sellabilidad, barreras al vapor de agua, a la luz, resistencia a la ultra congelación, resistencia a altas temperaturas, etc. El diseño de la estructura a fabricar no puede estar aislado de las variables antes señaladas. Una estructura es más efectiva cuando los elementos con los que se ha conformado cumplen desde la perspectiva operativa y de interacción envase-alimento, lo que también permite disponer de una estructura adecuada en términos de costo. Lo anterior permite obtener una estructura dimensionada al alimento, a los procesos del cliente y al servicio que prestará. Muchas veces nos vemos enfrentados a estructuras sobredimensionadas que sólo impactan en el precio final o a costosos reprocesos por no haber entregado una estructura técnicamente compatible con los elementos señalados anteriormente. Desde el punto de vista del desarrollo y la innovación, la tecnología nos permite materializar el conocimiento. Desde mi perspectiva y experiencia, afirmativamente creo que la base de un buen desarrollo en el campo de los materiales barrera radica en el conocimiento, ya que con él podemos echar a andar la tecnología adecuada que nos permita fabricar materiales que nuestros clientes necesitan. De esta forma, la venta y comercialización serán una consecuencia, pues el desarrollo de estos mercados y su éxito reside en tener muy claro qué es lo que realmente el cliente espera como beneficio directo de los materiales que se utilizarán en la fabricación de sus envases. Sin embargo, queda aún mucho por investigar y estudiar con respecto a aplicaciones de materiales barrera. En nuestro país, especialmente la industria salmonera utiliza grandes cantidades de este material, cuya función principal es proteger el producto desde la planta de procesos hasta el consumidor final. Considerando lo anterior, estos materiales son de primera importancia especialmente porque están en contacto directo con el alimento, constituyéndose de esta forma en parte importante del sistema envase-alimento-entorno. Por ello, la fabricación de películas orientadas al área barrera debería tener un fuerte crecimiento dentro de los próximos cinco años, como consecuencia del aumento y crecimiento de la demanda de los mercados de alimentos perecibles para exportación y los sectores de la fruta, vegetales y flores. Para alcanzar los objetivos de desarrollo de estas áreas de especialidad, se requiere contar con un respaldo técnico que fundamentalmente proviene de infraestructuras de laboratorio para realizar análisis de las estructuras y certificar la calidad de lo que se obtiene en los procesos de conversión. Esto es muy importante, ya que los resultados de procesos de coextrusión y laminación deben contar con el respaldo de análisis que permitan, más allá de controlar al interior de las plantas convertidoras los resultados obtenidos, garantizar el uso de los materiales para contacto directo con alimento, asegurando así las prestaciones ofrecidas en cada una de las estructuras. |