Considerando que Estados Unidos es uno de los principales mercados consumidores de exportaciones mundiales y que esos cientos de naciones que envían sus productos a ese destino también lo hacen a otras diversas regiones del mundo, no es difícil imaginar el movimiento diario que los puertos, aeropuertos y fronteras viven en función del comercio mundial, un sistema de intercambios de aproximadamente US$5 billones por día. Por esos y otros motivos, la rapidez e innovación son fuerzas primordiales para las empresas de transporte internacional. Principalmente aquellas que operan en la modalidad aérea. A pesar de ser responsable de apenas el 2% de las toneladas que circulan por el mundo, el transporte aéreo de carga lleva y trae el 40% del valor de las mercancías del comercio exterior mundial. Eso confiere a las compañías que operan en este sector el privilegio de prestar servicios a firmas con productos de alto valor agregado, y también representa el desafío de ofrecerles las mejores soluciones de acuerdo a sus necesidades. Como todas las actividades humanas, en el transporte aéreo la flexibilidad es fundamental. Flexibilidad para entender y desarrollar soluciones para las empresas de alto valor agregado, así como para las pequeñas y medianas firmas que son responsables, en muchos casos, de la fuerza de las economías locales. Si pensamos que al tercer año del TLC con Estados Unidos, las exportaciones chilenas aumentaron un 42,2%, y que con Europa, al cuarto año del TLC, las exportaciones crecieron 65,7%, inmediatamente entendemos la importancia de que una empresa de transporte aéreo, capaz de hacer la conexión entre la economía local y el resto del mundo, ofrezca a estos empresarios las mejores soluciones en términos de plazos, costos y fiabilidad. Comprender las reglas, economías y políticas locales y ayudar a los empresarios de las diversas naciones a conectarse con la economía globalizada, son misiones primordiales de las compañías mundiales de transporte aéreo. En esencia, trabajar en el mundo globalizado y mantener los oídos y las mentes abiertas para trascender barreras lingüísticas y culturales sin, al mismo tiempo, perder su enfoque en las necesidades locales, representa el más grande desafío para las firmas de transporte internacional. |