Si trabaja en una empresa que realiza el ruteo sin un software especializado, esta columna puede ser muy útil para usted. Por lo general, las Pymes que manejan su flota propia no cuentan con estas tecnologías y diseñan sus rutas de distribución urbana basándose en la experiencia. Los problemas de ruteo se dividen en tres tipos: Origen y destinos únicos y diferentes: Este es el típico problema de ruteo de un vehículo a través de una red, donde cada camino tiene un costo distinto, ya sea por peajes, distancia o tiempo. Es un problema generalmente estático, donde la solución se busca una sola vez a través de distintas herramientas de modelamiento matemático. No es un problema que las Pymes enfrenten a diario. Múltiples orígenes y destinos: Este problema es típicamente visto cuando hay múltiples abastecedores y múltiples destinos. La solución puede ser encontrada a través de programación lineal, usando diferentes herramientas computacionales. También se trata de un problema estático, que se resuelve una sola vez, al cual las Pymes no se ven enfrentados con frecuencia. Mismo origen y destino: Típico problema que se enfrenta en la distribución urbana. Problema conocido como ruta del cartero o del vendedor viajero. Generalmente, cuando son muchos puntos los que se deben abastecer, las soluciones son complejas e involucran software de ruteo. Estos últimos generalmente son caros y sólo se justifica tenerlos si la flota manejada es de gran tamaño. Entonces, la pregunta es: ¿qué hacemos si trabajamos en una empresa sin este tipo de software? La respuesta la encontramos en las heurísticas de ruteo, que son reglas sencillas que se deben intentar cada vez que se arma una ruta. Es importante recalcar que al tratarse de un intento, no nos entrega la solución al problema, sino que sólo nos indica por donde nos podemos acercar a una solución eficaz. Las heurísticas generalmente atacan una parte del problema, olvidándose del resto de las variables. En la realidad el problema tiene múltiples variables como ubicación geográfica, tamaño de flota y capacidad de los móviles, ventanas horarias, entregas programadas, etc. Pero, justamente por esta multiplicidad de variables, es que estas reglas simples nos pueden clarificar e indicar en qué dirección se encuentran mejores soluciones a nuestro problema diario de ruteo. A continuación detallo ocho sencillas Heurísticas de Ruteo: 1. Cargar los camiones con paradas cercanas unas de otras: Las rutas deben hacerse en torno a clusters de paradas, para así minimizar los viajes interpuntos. Por ejemplo, si tenemos entregas en Las Condes y en Maipú, se debe intentar tener una ruta para cada comuna. 2. Paradas en días distintos deben ser agendadas para producir clusters: Las rutas de distintos días no se deben superponer. Esta regla asume que podemos programar las entregas. Si así fuera, debo armar las rutas diarias alrededor de paradas cercanas y evitar cubrir toda la ciudad todos los días o las mismas zonas todos los días. 3. Construir rutas comenzando con los puntos más alejados del inicio: Rutas eficientes se pueden construir haciendo clusters alrededor del punto más alejado y luego construyendo la ruta de manera inversa al origen. Cuando los volúmenes de camiones se llenan se debe construir una nueva ruta de la misma forma. 4. Las secuencias de paradas deben formar pétalos: Lo que se busca es evitar que las rutas se crucen. Para hacer esto, siempre es útil trabajar con un plano de la ciudad que incluya todos los puntos a visitar. 5. Las rutas más eficientes se construyen usando los vehículos con mayores capacidades disponibles: En una flota los vehículos de mayor capacidad deben ser los primeros en ser asignados. 6. Los retiros deben estar intercalados con las entregas, en vez de ser asignados al final de la ruta: La idea es que se deben evitar los cruces de rutas. Si hiciéramos todas las entregas primero y luego todos los retiros, seguramente estaríamos recorriendo un trayecto mayor. 7. Una parada que sea muy diferente del resto, debe ser servida por un sistema alternativo: Una parada de volumen muy bajo, o muy alejada, podría ser realizada por un tercero, subcontratado. El ejemplo típico en Santiago es una entrega en Melipilla. Hacerla con nuestra flota implicaría desviar un móvil por varias horas, lo que puede resultar de alto costo. Es mejor buscar a un especialista en esa ruta y subcontratar ese servicio. 8. Se deben evitar las ventanas horarias muy restrictivas: Las ventanas horarias nos llevan a soluciones subóptimas para cumplir con ellas. El ejemplo más clásico de esto es la entrega de perecibles en los supermercados en Santiago. Por tener todos ventanas horarias muy cortas durante la mañana, no permiten explotar eficientemente los móviles de sus proveedores. Esta ineficiencia la terminan pagando ellos mismos con el encarecimiento de la distribución y, por lo tanto, de los productos. |