La logística desde un punto de vista estratégico, como vimos en un número anterior, tiene tres objetivos: 1. Reducción de costos Búsqueda de la reducción de los costos variables asociados a movimientos y almacenaje. La mejor estrategia es generalmente formulada vía la evaluación de cursos alternativos de acción, tales como la elección de distintas ubicaciones para los centros de distribución o la elección de distintas alternativas de transporte. 2. Reducción de capital La idea es minimizar el nivel de inversión inmovilizada en el sistema logístico. La motivación de esta estrategia es maximizar el retorno sobre la inversión. Despachar directo a los clientes para evitar bodegas, contratar operadores logísticos en vez de usar bodegas propias, elegir suministro tipo JIT en vez de almacenar inventario. En algunos casos, se consigue reducción de costos y de inversión. 3. Mejoramiento del nivel de servicio Esta estrategia muchas veces reconoce que las ventas dependen del nivel de servicio logístico entregado. Aunque los costos se incrementan rápidamente con los aumentos en el nivel de servicio, el aumento de ventas puede superar esta alza. Si la idea de este año es atacar uno o más de estos objetivos, es indispensable revisar las políticas de distribución. Dada la manera como la mayoría de las empresas nacionales tienen establecidas sus políticas de distribución, aún hay mucho por hacer. Dependiendo de lo acertado de los planes, más de uno de estos objetivos pueden ser alcanzados. Aún muchas empresas nacionales utilizan centros de distribución regionales abastecidos por flotas propias o por transportes de poco valor agregado. Esto significa que manejan gran cantidad de inventario en tránsito y destino, además de los costos involucrados en el manejo de activos fijos (los centros de distribución y su equipamiento), una gran cantidad de personal y la complejidad de tener operaciones remotas. Sin duda que la mejor evaluación que pueden hacer estas empresas es comparar su operación versus la operación con un transporte expreso, que le permita eliminar sus bodegas remotas y ese centro de costo. La complejidad de la evaluación pasará por la valoración de las variaciones en el nivel de servicio de los clientes. Típicamente una operación con bodegas remotas y transporte propio es más costosa, pero tiene un nivel de servicio más alto. La pregunta entonces es: ¿qué tan sensible es nuestra venta al nivel de servicio? Una curva de ingreso como función del nivel de servicio en logística se ve como la figura de la página anterior. Cuando el nivel de servicio es muy bajo, poco se gana en ventas aumentándolo. Esto ocurre hasta llegar a un umbral en que se llega a un nivel de mercado. Luego de pasado ese umbral se ganan ventas rápidamente con el aumento del nivel de servicio. Sin embargo, a medida que el nivel llega a rangos superiores, se comienzan a ver rendimientos decrecientes. Finalmente, para niveles de servicio muy altos, se observa declinación con los aumentos de nivel. Esto es por saturación de los clientes. Lo anterior nos dice que si estamos en buenos niveles de servicio, seguramente nuestras ventas no sean muy sensibles a pequeñas fluctuaciones en dichos niveles. Entonces, para la evaluación es fundamental comprender en qué rango de nivel de servicio nos movemos. Haga click para ampliar Una vez determinada la sensibilidad de nuestros ingresos para distintos niveles de servicio, podemos seguir con el análisis para calcular la ganancia del proyecto de cambio. Para ello se presenta en la tabla siguiente una sencilla metodología para comparar los distintos esquemas de funcionamiento, incluyendo un cuadro simplificado para efectuar esta evaluación. La idea de presentar este cuadro es sólo ilustrar hacia dónde debe ir un análisis de estas características, los que muchas veces al verse desde un comienzo muy complejos, terminan dejándose de lado. Finalmente, debemos señalar que este escenario de comparación también es válido para empresas ubicadas en regiones, y que son receptoras de productos. Para ellas, el trabajar con un solo transporte, de tipo expreso, también puede significar grandes ventajas, debido al ahorro de bodegas en Santiago, a la simplicidad operativa de recibir a un solo transporte, y a la reducción de inventarios. Comienza así el 2008, año en que seguramente muchas empresas se encontrarán con el desafío de optimizar sus operaciones y donde los que hagan bien la tarea obtendrán ventajas frente a la competencia. |