Hacer las cosas del mismo modo como se vienen haciendo hace años, no llevará nunca a disminuciones significativas de costos. A lo sumo, se lograrán ahorros margi-nales mediante algunos descuentos de tarifa. Para lograr ahorros reales, hay que romper paradigmas y replantearse la manera de trabajar. Esto es absolutamente válido en la logística asociada al abastecimiento de las operaciones mineras, donde interactúan no sólo las grandes compañías del rubro, sino también una amplia gama de contratistas y abastecedores de insumos. En primer lugar, veamos la raíz del asunto. Las operaciones de abastecimiento, por lo general, son una agrupación de actividades funcionales que son repetidas muchas veces a través del canal por el cual las materias primas son convertidas en insumos terminados, y durante el cual se le agrega valor. Las actividades que se pueden observar son transporte, almacenaje, manipulación, revisiones documentales de aduanas, manipulación en puertos o aeropuertos, entre otras. Además, la gestión de estas actividades implica manejar al menos cuatro flujos distintos: físico, documental, de información y reverso. Todo lo anterior no hace más que confirmar que estamos frente a una tarea que no es fácil y que muchas veces es gestionada por diferentes áreas de las empresas, las cuales frecuentemente no conversan entre sí y, por lo tanto, tampoco buscan sinergias. Por ejemplo, el transporte desde Asia puede ser visto por el área de Comercio Exterior y el transporte nacional por el área de logística de distribución. También puede ocurrir que las compras se hagan CIF (Cost, Insurance & Freight, es decir, Costo, Seguro y Flete), como es el caso de importadores más pequeños, donde la empresa se está negando a sí misma la posibilidad de buscar mejores alternativas. Mi recomendación es simple: las empresas deben buscar operadores logísticos de clase mundial, que integren la mayor cantidad de operaciones tanto internacionales como nacionales. Operadores que puedan hacer un retiro en cualquier parte del mundo, revisar la carga, embarcarla vía marítima o aérea, gestionar la documentación, hacer bodegaje y distribuir hasta el destino final, sea éste una faena minera o una bodega en cualquier región del país. Además, estos operadores idealmente deben tener también las certificaciones necesarias para manejar carga restringida y certificaciones de responsabilidad medioambiental. Estas empresas les ayudarán a tener una visión distinta, es decir, a explorar distintas alternativas según sea el tipo de operación. Por ejemplo, traer desde China una motoniveladora es muy distinto a traer un repuesto urgente o un embarque de equipamiento de protección respiratoria. Para saber cómo hacer cada operación, estos operadores internacionales tienen la experiencia de trabajar con procedimientos similares en muchos países. De no usar un operador y utilizar uno diferente para cada operación, la empresa incrementará sus costos administrativos y no aprovechará las economías de escala que puede generar manejar un solo contrato. Además, un operador que integre operaciones alrededor del mundo, tiene claramente ventajas en la optimización de trabajos de abastecimiento internacionales. Mencionaba también las certificaciones para manejo de restringidos, ya que éstos son un insumo trascendental en la minería, que siempre es importante manejar de manera correcta. Lo anterior, junto a la responsabilidad medioambiental, serán temas muy relevantes en los próximos años. A lo mejor, con los precios del cobre de hoy, no hay reales incentivos a buscar mayores eficiencias. Quizás, sólo aquellos que desde ahora estén preparados, serán los que tengan posibilidades de sobrevivir y seguir siendo realmente competitivos, cuando los precios se normalicen o ante un escenario recesivo. Por lo demás, ¿por qué dejar de obtener mejores utilidades? |