Leonidas Cerda.
¿Cómo nace este protocolo?
Nace a partir del decreto número 4, que modifica el Decreto Supremo Nº 594, en donde se establece la obligatoriedad de identificar y evaluar la fuerza, la repetitividad, así como las posturas que adopta el trabajador en sus tareas laborales. De aquí se desprende también la Norma Técnica, que estipula cómo se va a llevar a cabo esta identificación de los riesgos a los que puede estar expuesto el trabajador, y establece la aplicación de la normativa de manera estandarizada en todos los rubros productivos.
Es muy importante entender que todo este lineamiento tiene un enfoque preventivo, que es en definitiva la esencia de este desarrollo, el cual se origina del principio de que la prevención y la ergonomía deben ser aplicadas en el núcleo de los procesos productivos, y no solo para evitar la enfermedad, sino que también para ayudar en la organización del trabajo y sus condiciones.
¿Cuántas etapas debió avanzar para ser fiscalizada?
En 2007 se estableció la mesa técnica que incentivó el desarrollo de esta normativa y que contempló varias etapas: en primer lugar, se discutió el problema a nivel país con representación de los trabajadores, de las empresas y del equipo técnico encargado. Como segundo paso, se realizó una revisión sistemática de la literatura sobre trastornos musculo-esqueléticos relacionados con el trabajo, para posteriormente continuar con el proceso de revisión, rediscusión y definición. La siguiente etapa consistió en la propuesta de metodologías específicas que se adecuaron a la realidad de nuestro país.
A partir de aquí se originó del Decreto Nº 4, la Norma Técnica, que sistematiza su aplicación, y el protocolo de vigilancia de la salud para trabajadores expuestos a factores de riesgo de trastornos musculoesqueléticos de extremidades superiores relacionados con el trabajo.
En octubre se comenzó a fiscalizar definitivamente…
Desde agosto y septiembre del año 2012, el protocolo de vigilancia y la Norma Técnica están vigentes, respectivamente. Desde aquella fecha hasta octubre de este año, se dio marcha blanca al proceso de implementación de la vigilancia de la salud de los trabajadores expuestos, considerando que es una exigencia que necesitaba un tiempo prudente de adaptación de nuestro sistema de Salud Ocupacional, donde los Organismos Administradores de la Ley 16.744 tienen que responder a esta necesidad de vigilancia de la salud.
Desde agosto y septiembre del año 2012, el protocolo de vigilancia y la Norma Técnica están vigentes, respectivamente. Desde aquella fecha hasta octubre de este año, se dio marcha blanca al proceso de implementación de la vigilancia de la salud de los trabajadores expuestos, considerando que es una exigencia que necesitaba un tiempo prudente de adaptación de nuestro sistema de Salud Ocupacional, donde los Organismos Administradores de la Ley 16.744 tienen que responder a esta necesidad de vigilancia de la salud.
¿Cuáles son los objetivos más próximos que se esperan?
Como desafío a mediano y largo plazo, se cree que esta reglamentación inducirá el cambio en la cultura laboral, que llevará a entender que la ergonomía y el análisis de las formas de trabajo y su organización deben nacer desde la empresa. Esto, no tan solo para responder a la normativa y a la fiscalización, sino que para mejorar las formas de trabajo, que en definitiva impactará positivamente en la salud y calidad de vida de nuestra población laboralmente activa. A corto plazo, esperamos que aumente la identificación de los trabajadores expuestos a niveles de riesgo altos, en distintas tareas y en los diferentes rubros productivos. Esto debe gatillar la pesquisa de aquellos trabajadores con sintomatología de patología de extremidad superior que deben ser ingresados a vigilancia de la salud hasta que remita su sintomatología o patología relacionada con el trabajo establecida, y sea sacado de la exposición a niveles altos de riesgo. A futuro, esta información permitirá modelar adecuadamente las políticas preventivas en salud ocupacional y mejorar los índices de acceso a la salud ocupacional de la población trabajadora.
¿Cómo ha resultado esta fiscalización hasta el momento?
Ha sido muy positiva, ya que nos hemos percatado de que cuando las empresas comprenden el problema, son bastante proactivas frente al mismo. Algunas, incluso, han desarrollado programas en conjunto con organismos de salud, lo cual les ha permitido identificar muy bien el problema y controlarlo.
En relación a los organismos administradores, estos han tenido una línea de desarrollo bastante interesante al respecto, capacitando a sus profesionales y desarrollando líneas muy específicas en materia de ergonomía.
¿Qué deficiencias se han detectado?
Más que un impedimento, nos hemos percatado de que existe mucha desinformación al respecto, lo cual lleva a no conocer el reglamento y a pensar que es algo muy difícil de implementar. En este contexto, esperamos que mediante reuniones sistemáticas con los organismos administradores, estos se encarguen de informar y aplicar la normativa en estas empresas. Con respecto a la relación entre trabajador, empleador y mutuales, creo que debe ser más transparente, ya que mientras más transparencia exista en el tratamiento del problema, mejores serán los resultados. Asimismo, se debe velar por un trabajo constante, sistemático y de colaboración mutua.