Por Rodrigo Aravena P., Gerente de Unidad Ingeniería de Protección contra el Fuego Dictuc Construcción.
Vivimos en un mundo dinámico, en el que varios dispositivos hoy comunes cuentan con tecnología y aplicaciones inimaginables hace 10 años. Así, los productos que ayer fueron innovadores pasan cada vez más rápido a formar parte de los obsoletos.
El mundo de la seguridad contra incendios no está exento a esta realidad, y es así como existen dispositivos relativamente modernos que empiezan a ser cada vez más usados en distintos tipos de aplicaciones, habitualmente muy específicas, con un objetivo que siempre es el mismo: aumentar la seguridad y disminuir los riesgos asociados a incendios.
Algunas innovaciones
En esta columna revisaremos algunos sistemas que representan innovaciones tecnológicas en seguridad contra incendios. A pesar de que no todas son tan recientes en cuanto a su origen y tecnología, sí lo son respecto a su uso cada vez más masivo.
Sistemas de audio evacuación: son dispositivos que permiten entregar información de manera diferenciada a los ocupantes, de modo de poder ir realizando una evacuación programada mediante la transmisión de un mensaje (usualmente de voz). Suelen ser utilizados en edificios de altura, donde una alarma única haría que simultáneamente todos los ocupantes de todos los pisos reciban el mismo aviso de evacuación, lo que podría colapsar las zonas seguras generando un aumento del riesgo a los ocupantes en vez de protegerlos. Estos sistemas requieren que exista una componente de detección electrónica de avanzada, dado que los mensajes a entregar deben adecuarse a la ubicación y crecimiento del incendio.
Pinturas intumescentes: son normalmente usadas para la protección pasiva de estructuras de acero, pues impiden (o al menos retrasan) un posible colapso estructural. Su principal característica es que, al ser expuestas a altas temperaturas, se generan reacciones químicas que hacen que la pintura se expanda (el espesor de la capa de pintura puede aumentar más de 50 veces), formando una capa aislante térmica. La cantidad de pintura necesaria depende de la forma del elemento de acero y de los tiempos de resistencia al fuego requeridos que, a su vez, se definen en la legislación. Las obras requieren inspección para medición de espesor y para confirmar una aplicación adecuada.
Cajas de escaleras presurizadas: también de uso frecuente en edificios de altura. El objetivo es evitar que el humo ingrese a las vías de evacuación (lo que se logra aumentando la presión en el interior de la caja escala), con lo que se consigue mantener un ambiente libre de humo. Detrás de los dispositivos (normalmente ventiladores), debe existir un proyecto que, al menos, se ocupe de dos temas:
- Los requisitos que tienen los dispositivos para cuando las puertas (acceso de las personas a la vía de evacuación) son abiertas.
- La presión no puede ser tan alta como para impedir la apertura de puertas.
Sistemas de niebla: son sistemas de supresión de incendios, relativamente similares a los rociadores automáticos (sprinklers) con una diferencia significativa en el tamaño de las “gotas” de agua que se generan. Al tener un tamaño mucho menor, la superficie específica para “robarle” calor al incendio aumenta y, por lo mismo, el sistema es más eficiente y rápido en la extinción. Por otro lado, el comportamiento de la niebla tiene características 3D (es, literalmente, una nube), a diferencia de los sistemas de rociadores convencionales donde el agua cae por gravedad y presión.
Como todos los sistemas de supresión requieren de un diseño adecuado y especialmente de mantención y prueba frecuentes; en caso contrario la inversión inicial pierde todo su sentido.
Implementación
Una de las principales barreras a la llegada y uso de este tipo de dispositivos y productos de mayor tecnología, es la falta de conocimiento de los actores del mercado, además de la (muchas veces) inexistente normativa que los soporte o exija.
En países con poca masa crítica relativa a temas de seguridad contra incendios es, lamentablemente, muy frecuente que las decisiones sobre dispositivos las terminen tomando los proveedores de esos sistemas. Los usuarios entienden que hay problemas de seguridad contra incendios, pero no necesariamente son capaces de distinguir qué dispositivos o productos resuelven de mejor manera los problemas específicos de cada tipo de recinto. Además, la legislación se actualiza, por lo general, menos rápidamente que las innovaciones tecnológicas, lo que termina resultando en que buenos sistemas y productos (como los antes mencionados) no tienen cabida por no cumplir una legislación inadecuada respecto al estado actual de la tecnología.
En ese marco, resulta importante la existencia de profesionales e instituciones expertas que permitan evaluar la real necesidad y aporte de esta clases de sistemas, y que esta evaluación también incluya su relación “costo-efectividad”, sin perder de vista lo central: el aporte de esta clase de sistemas en la seguridad y la evaluación de los riesgos reales y específicos de incendio en cada tipo de instalación. En la medida que los sistemas y productos son capaces efectivamente de enfrentar los riesgos, entonces se logra proteger de mejor forma a los ocupantes, los contenidos y la continuidad de operaciones.