Por Dra. Bernardita Cubillos, Médico del Trabajo, Jefe Departamento de Medicina Ocupacional, Hospital del Trabajador ACHS.
Bernardita Cubillos.
Del punto de vista médico, la tendinitis es la inflamación del tendón que une el músculo con el hueso. Usualmente, los tendones están rodeados por una vaina, recubierta en su interior por tejido sinovial que facilita el deslizamiento del tendón en su interior. Al existir una irritación mecánica o fenómeno inflamatorio, puede aumentar la producción de líquido sinovial, originando las tenosinovitis, denominación fisiológicamente más correcta para esta patología inflamatoria de los tendones. Las tenosinovitis pueden ocurrir por:
Traumatismo único (que puede ser laboral o no laboral).
Sobrecarga mecánica continua (laboral o no laboral. Por ejemplo, deportiva).
Enfermedades de origen común: artritis, lupus, gota, etc.
Esta patología se puede presentar de forma aguda, crónica o recidivante (en estas últimas, se emplea el término de tendinopatía). El aumento de las actividades de tipo deportivo ha contribuido al aumento de estas patologías. Existen puestos de trabajo condicionantes de este tipo de lesiones, como el uso frecuente de herramientas manuales, ejecutar técnicas inadecuadas para manipular diferentes equipos, digitar con mala técnica, uso de teclados no ergonómicos y falta de pausas saludables.
Generalmente, las tendinitis agudas se presentan en adultos jóvenes por un esfuerzo repetitivo o sobrecarga de una zona del cuerpo que provoca que algunos músculos trabajen más que otros, debilitando la zona de los tendones. En adultos mayores, se produce debido al envejecimiento de los tejidos y a una degeneración del tendón.
La principal causa de la tendinitis no está relacionada al trabajo, sin embargo, la incidencia (número de casos nuevos diagnosticados) de la patología ME laboral también ha aumentado en el último tiempo. De un 16% en 2001 (275 casos ME del total de 1.671 casos de enfermedades profesionales) han aumentado a un 44,4% en 2012 (1.804 trastornos ME de un total de 4.059 casos de enfermedades profesionales). Dentro de estas, las tendinitis laborales ocupan un lugar muy importante.
Tendinitis laborales
Para la calificación laboral de las tendinitis, hay que considerar conceptos de la Ley 16.744 de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales. En primer lugar, se califica como accidente del trabajo la lesión que se produce por causa u ocasión del trabajo. No obstante, la enfermedad profesional se define como aquella ocasionada en forma directa por el trabajo.
La tendinitis está registrada como diagnóstico posible de origen laboral en el listado del artículo 19 del Decreto Supremo Nº 109. Puede ser considerada accidente laboral si hubo un cuadro traumático agudo a causa o en ocasión del trabajo. Sin embargo, para que se diagnostique una tendinitis como enfermedad profesional, debe establecerse una relación de causalidad directa entre la patología y el puesto de trabajo.
Las principales tendinitis laborales de las extremidades superiores son:
Tendinitis de hombro, principalmente la tendinitis bicipital.
Tendinitis del codo (epicondilitis y/o epitrocleitis).
Tendinitis de los extensores del antebrazo.
Tendinitis de De Quervain.
Tendinitis de los flexores de dedos.
Las tendinitis de extremidades inferiores, como la tendinitis aquilina, son menos frecuentes como enfermedad profesional, siendo, como causa laboral, generalmente secundarios a accidentes laborales. Las tendinitis de origen común que pueden ser agravadas por el trabajo no son consideradas enfermedades profesionales y la gran mayoría se deben a sobreesfuerzos puntuales.
Tanto la expresión clínica como el tratamiento de las tendinitis son similares, sea el origen laboral o común de estas. La evolución es dependiente del tratamiento médico y de la no exposición al agente de riesgo. Si se diagnostica una tendinitis como una enfermedad profesional, el paciente no debe volver a exponerse al agente de riesgo, para lo cual se debe realizar una mitigación en el puesto de trabajo (disminución de las frecuencias de repetitividad, mejoría de las condiciones ergonómicas) o bien realizar un cambio de lugar de trabajo.
Consideraciones
Para establecer el origen laboral de la tendinitis, hay que efectuar una evaluación clínica completa y detallada, descartando que sea una patología de origen común y relacionar esta dolencia a su puesto de trabajo. Debe existir una relación temporal con la aparición de las molestias y relacionadas al trabajo. Hay que considerar
la antigüedad en el lugar de trabajo, tipo de actividad, ocupación, antecedente del cargo y jornadas laborales previas.
Para la calificación como enfermedad laboral, se requiere del estudio del puesto de trabajo con factores de riesgo para el segmento estudiado. La patología común, agravada por el trabajo, no es una enfermedad laboral. Si la causa es de origen laboral, se deben ejecutar medidas de mitigación en el puesto de trabajo antes de incorporar nuevamente al trabajador, con el objeto de no repetir los factores condicionantes de la patología.
La prevención es muy importante y dentro de ella está aprender técnicas correctas de entrenamiento deportivo y adaptación del puesto de trabajo y de las herramientas. El uso de coderas especiales puede ser de ayuda en la prevención de esta enfermedad.
En este sentido, es importante realizar un trabajo en equipo que involucre al trabajador, al organismo administrador correspondiente y a la empresa, para lograr prevenir estas patologías y así mejorar la productividad en un puesto de trabajo sano y seguro.
Prevención de las tendinitis
Tras un trabajo repetitivo, se sugiere realizar una alternancia de las funciones o una pausa.
Ejercicios de elongación.
Mejorar la postura y la técnica en el puesto de trabajo.