Por Rodrigo Barahona, Especialista Senior sector Construcción de la ACHS.
Rodrigo Barahona.
Los trabajos en excavaciones y, en general, los movimientos de tierra a menor y gran escala, son considerados tareas críticas, dado su alto potencial de generar accidentes graves y fatales debido a la falta de control.
En la mirada del control de riesgos para la ejecución de estas tareas, es fundamental reconocer las características del macizo a intervenir, profundidades a alcanzar y condiciones del entorno existentes (vibraciones por vías de alto tránsito, cursos de agua, redes eléctricas preexistentes, entre otras). Estas entregarán información específica para el desarrollo de los procedimientos de trabajo que incorporarán las medidas de control a aplicar.
Nuestro país presenta una diversidad de suelos con características estructurales específicas, las que deben ser conocidas por aquellos profesionales del sector Construcción que se desarrollan en esta especialidad.
Causas más frecuentes de accidentes en faenas de zanjas y excavaciones:
Caídas de materiales o herramientas al interior de zanja o excavación.
Presencia de gases en el interior de la excavación.
Pérdida de humedad en el terreno intervenido.
Ruptura de redes subterráneas existentes o filtraciones.
Obras con presencia de vibraciones en el entorno de la excavación.
Accidentes más frecuentes en faenas de excavaciones:
Atrapamientos (aplastamiento por socavación o derrumbes del talud de la excavación).
Caídas de personas al interior de la excavación.
Golpes por caídas de herramientas o materiales acopiados en el entorno.
Caídas desde rampas, pasarelas o escalas.
Contacto eléctrico con redes subterráneas existentes.
Intoxicación por acumulación de gases al interior de la excavación.
Golpes por máquinas o herramientas en apoyo a las tareas de excavación y/o movimientos de tierra.
Recomendaciones para el control de condiciones al interior:
Cuando el espacio lo permita, se ejecutarán taludes de acuerdo al ángulo de reposo del terreno.
Para ejecutar excavaciones a profundidades mayores de 1,3 m. sin entibar, se debe calcular la altura crítica.
Cuando el talud se ha socavado, se debe provocar la caída del terreno sobresaliente o deformado, mediante procedimiento evaluado por profesional competente.
Cuando el talud refleja presencia de material granular, se debe proteger las paredes de la excavación o zanja, a través de mallas, controlando posibles desprendimientos.
Se debe asegurar la mantención de humedad natural del macizo intervenido, protegiendo los taludes del resecamiento por temperatura o por vientos (pérdida de cohesión).
De existir presencia de napas a nivel de taludes o en las bases de los cortes de terreno, las medidas de control deben ser indicadas por el mecánico de suelos.
Es necesario proteger los taludes o paredes de la excavación-zanja, del arrastre de finos y socavamientos, producto de lluvia y/o presencia general de agua.
Toda excavación masiva o en extensión, debe disponer de escalas de mano y/o sistemas de elevación, que permitan el acceso a nivel de sellos de fundación.
Para zanjas en extensión, las escalas de mano dispuestas en acceso y/o vía de escape frente a eventos, deberán instalarse a 15 metros entre sí y se extenderán 1 metro sobre el borde de apoyo superior.
Se instalarán pasarelas de al menos 0,75 m de ancho para uso solo de tránsito peatonal o 1 m en caso de tránsito con carga, cada 30 m en la extensión.
No utilizar pino para estructurar pasarelas de tránsito y/o superficies de trabajo.
Delimitar y señalizar perímetros de excavaciones y zanjas.
Asegurar distanciamiento de seguridad en a lo menos 1,5 veces la profundidad de la zanja, a trabajos con vibración. Especial control se debe aplicar al compactar sellos y bordes perimetrales.
Acopiar materiales a una distancia igual o superior a la mitad de la profundidad de la zanja con un mínimo de 0,6 m.
Revisar permanentemente las paredes de la excavación para detectar la presencia de material suelto, fisuras o grietas que anuncien fallas en el talud.
Detener trabajos al interior de zanjas y excavaciones, en caso de lluvia o sismo fuerte.
No retirar entibaciones sin evaluar efectos a la estructura que soporta.
No utilizar herramientas o extensiones eléctricas en el interior de la excavación cuando exista presencia de agua.
Revisar permanentemente el filo de palas, picotas, chuzos, cuñas, puntos, a efecto de mantener el control de herramientas.