Juan Antonio Rojas.
En DHL Global Forwarding Chile, ¿quién es responsable de la seguridad laboral?
La seguridad laboral depende de una área especializada que vela por temas de Health and Safety -a nivel regional-, aunque para todos los efectos, la seguridad laboral es transversal en la compañía. A nivel organizacional, esta unidad reporta directamente a las gerencias generales correspondientes a los distintos países, lo que incluye a Chile en esa lógica de interacción. Como gerente de Recursos Humanos, trabajo de modo muy estrecho con temáticas de seguridad y salud laboral; el encargado de seguridad nos informa a través de cualquier incidente que pudiera ocurrir, el que posteriormente se difunde a toda la organización. En pocas palabras, la seguridad de las personas, así como en las operaciones con nuestros clientes finales, es un pilar de la organización. Simplemente, no transamos en esta materia.
Entonces, ¿consideran la seguridad como un tema valórico?
En nuestra compañía, las temáticas de HSEC forman parte de la manera en cómo hacemos negocio. Actualmente, no se puede hacer un acuerdo comercial si no se considera en el proceso la seguridad de las personas y el cumplimiento de las normativas de seguridad y salud ocupacional. No es algo que desarrollemos en paralelo, sino que lo concebimos como una pieza más de nuestro core business y servicios especiales. Por ejemplo, trabajamos con empresas mineras, entre otras industrias, y debemos ser capaces de proveer servicios con los estándares en seguridad que ellos manejan. Al final, se tiene que pensar que “Health and Safety” no es un asunto de bondad, sino de negocios, porque cuando los trabajadores están resguardados en sus condiciones e integridad, realmente pueden hacer bien su trabajo.
¿Cuántas personas están encargadas de la seguridad laboral?
En la actualidad, contamos con un encargado regional (Norte y Sur América) que se encarga de entregar las directrices generales en la materia, las que son aplicadas posteriormente por otros profesionales a las realidades de Latinoamérica. Adicionalmente, tenemos un especialista que se encarga de hacer una evaluación de riesgos de cada una de nuestras operaciones locales, para lo que cuenta con un equipo específico para llevar a cabo análisis de riesgo. Sin embargo, más que centrar la seguridad en una sola persona, creemos que esta materia debe liderarse desde cada una de las personas que comprenden la organización, estando la responsabilidad primera en el supervisor de cualquier área, porque él debe entender que la seguridad es parte de su trabajo. Eso es parte del liderazgo que necesitamos como empresa.
¿Cuáles son los focos de riesgo?
Depende de dónde estemos viendo las acciones. Podemos decir que tenemos desde los típicos riesgos laborales que se pueden tener en una oficina (como puede ser la ergonomía, las condiciones de luminosidad, la climatización, etc.), hasta los que aparecen en el servicio en terreno, porque tenemos personal en faenas portuarias, aeropuertos y carreteras, y ahí los riesgos son diferentes y se deben reconocer. Por esta razón, realizamos una evaluación de los riesgos involucrados, considerando, por ejemplo, si se trabaja en altura a más de 4.000 msnm, en un puerto, o en una faena minera. Hay que recordar que los riesgos son relativos al rubro en que prestamos servicio.
¿Cómo se interioriza el mensaje de seguridad?
Es un trabajo permanente, y que incorporamos dentro de los programas de comunicación, que son transversales. Por ejemplo, si hay un accidente en minería, hacemos que todos los trabajadores tomen conocimiento de este hecho, porque siempre se pueden sacar lecciones. Ya en la práctica, buscamos instancias de conversación como las “charlas de cinco minutos”, entre otras, pero diría que lo importante es cuando se logra incluir dentro del discurso de las personas los temas de seguridad y de cómo los afecta.
¿Cuánto invierten en este ítem?
No es una inversión como tal, sino que es parte de nuestra propuesta de valor y negociación. De lo contrario, no podremos llegar a un cierre de negociación si no se incorpora la seguridad laboral dentro de la propuesta. De hecho, ciertas compañías lo exigen y de igual modo, tenemos el deber de decir que, bajo condiciones insuficientes, no vamos a proveer el servicio. Sin perjuicio de eso, realizamos auditorías permanentes en la organización para asegurarnos de que las personas siguen los lineamientos de la empresa.
¿Cómo ha evolucionado la siniestralidad de la empresa?
Tenemos una bajísima tasa de siniestralidad; no hemos tenido accidentes fatales, incidentes con tiempo perdido relevante, ni gente que haya perdido alguna extremidad, y eso es un orgullo. La mayoría de nuestros accidentes son de trayecto, y es ahí donde tenemos todo un trabajo a desarrollar, por lo que estamos trabajando en educar a las personas en cómo llegar sanos y salvos a sus casas.
La ACHS nos ha ayudado mucho en los planes que aplicamos por año. Por ejemplo, a través de matrices vemos cuántas licencias médicas por malas posturas tuvimos, y entonces reforzamos las acciones en ergonomía; o bien, el descanso para los conductores y consideramos sus revisiones periódicas.
¿Conocen impresiones de los colaboradores sobre cómo vive la empresa la seguridad laboral?
Puede resultar curioso, pero cuando los trabajadores tienen un valor o un hábito incorporado, no se lo cuestionan. En caso de los operarios nuevos, se lleva a cabo un proceso de inducción en que no reforzamos el conocimiento técnico (porque es el que más rápido se aprende), sino que le enseñamos a actuar con responsabilidad y seguridad. Es un proceso mucho más valórico, que puede tomar mayor tiempo en asimilarse.
¿Qué desafíos se han planteado para 2015?
En 2015, queremos enfocarnos en bajar la tasa de accidentes de trayecto, relanzando planes que pueden ser sobre cómo tener cuidado con el piso resbaladizo por la lluvia, o esguince de tobillos, entre otros puntos. En definitiva, queremos desarrollar una visión de seguridad que se extienda hasta los hogares de los colaboradores.