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Estrategia integral para gestionar el riesgo de incendio

Cuando se habla de minimizar el riesgo de incendio, se refiere a disminuir tanto la probabilidad de ocurrencia (prevención) como sus consecuencias (protección).

Casi todas las actividades productivas, por no decir todas, tienen un grado de riesgo de incendio que debe ser gestionado apropiadamente, lo cual requiere de profesionales encargados de la protección de las personas, de los bienes materiales, del medioambiente y de la continuidad de la operación. Para esta labor, no basta cumplir con la reglamentación vigente, ya que esta no aborda todos los temas que se requieren para minimizar este riesgo.

Por diversos motivos, la reglamentación nacional se ha ido quedando atrás en su actualización y, a pesar de constituir uno de los mejores códigos de seguridad contra incendios de la Región, está lejos de garantizar un nivel de seguridad apropiado para las personas, que son la principal preocupación de un diseño contra incendios. En este sentido, no es necesario “reinventar la rueda”, sino que debemos adoptar las buenas prácticas descritas en códigos internacionales, como International Building Code, NFPA o FM Global.


Plan Maestro

El riesgo de incendio debe ser abordado desde el punto de vista de una estrategia general o plan maestro de incendios, que tome en consideración los factores que inciden en el grado de seguridad como, por ejemplo, evacuación de las personas, compartimentación del edificio, control del tipo de materiales al interior de un edificio, resistencia al fuego de la estructura, control de humos (presurización, extracción, etc.), sistemas de detección y alarma, sistemas de extinción, procedimientos operacionales, sistemas de lucha contra el fuego (extintores, red húmeda, etc.), entre otros.

En este sentido, es fundamental considerarlo holísticamente, pues todos estos factores se relacionan entre sí. Por ejemplo, dependiendo de su estrategia de evacuación (masiva o por fases), se definen los sistemas de apoyo a la evacuación, tales como los sistemas de alarma, los sistemas de presurización de cajas-escala, y la resistencia al fuego de un pasillo que forma parte de una vía de evacuación. Al disponer de un sistema de extinción bien diseñado y mantenido, se disminuye el riesgo y se puede aumentar la distancia máxima de recorrido de las personas. Estos ejemplos demuestran que todos estos factores que forman parte de la estrategia de incendios están relacionados entre sí, por lo que no pueden considerarse en forma independiente.

Para llevar a cabo la complicada tarea de establecer la estrategia general de incendio en determinadas instalaciones, existen en Chile profesionales capacitados que disponen de herramientas, metodologías de cálculo, programas de simulación y documentos normativos como, por ejemplo, la NFPA 101 (que establece la estrategia contra incendios que debe tener cada edificio dependiendo de la características propias de este, enfocada exclusivamente a la seguridad de las personas).

Es una labor complicada, porque tradicionalmente en Chile, el “problema” de los incendios se aborda por medio Artículo gentileza de Miguel Ángel Pérez A., MSc Fire Safety Engineering, Idiem. de uno de los siguientes caminos errados:

Cumplir solo con lo que se requiere para recibir la aprobación de la autoridad: Ya vimos que es insuficiente y que quedan muchos asuntos sin tratar. Por ejemplo, se instala una red húmeda conectada a la red de agua potable, cuyo suministro de agua entrega un falso sentimiento de seguridad, ya que la presión de la red es insuficiente para combatir apropiadamente un incendio.

Encargar el proyecto de incendios al proveedor/instalador de sistemas activos: Esta situación presupone dos errores; primero, suponer que los sistemas activos solucionarán cualquier problema de seguridad contra incendios, y segundo, pensar que el proveedor no privilegiará aquellos productos que comercializa. Como ya dijimos, no solo la protección activa es la solución a estos problemas, sino también los elementos de protección pasiva (los que muchas veces pueden ser más importantes).

De acuerdo a lo expuesto, la mejor alternativa consiste en depositar la confianza en la ingeniería representada por un especialista, un ingeniero contra incendios o en un profesional con la experiencia necesaria para integrar los diversos factores, conceptos y especialidades que determinarán la estrategia contra incendios, quien optimizará los recursos económicos para lograr la mejor solución que respete tanto el presupuesto como las recomendaciones normativas y los requerimientos reglamentarios.


Artículo gentileza de Miguel Ángel Pérez A., MSc Fire Safety Engineering, Idiem.
Diciembre 2014
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