Los lugares de trabajo en los cuales se concentra un número importante de personas en espacios reducidos -hacinamiento- tienen asociados factores de riesgo de diversa índole, entre los cuales podemos destacar: factores ambientales (calidad del aire, temperatura y ruido), factores biomecánicos (asociados a las características del mobiliario) y psicosociales. Todos estos elementos inciden en la relación "Hombre-máquina-entorno", pudiendo ser precursores o gatillantes de problemas o trastornos asociados a un desequilibrio de esta interacción (trastornos músculo-esqueléticos, dolores de cabeza, entre otros). Factores ambientales La calidad del aire decae cuando el espacio es reducido y existe alta concentración de personas; esto es básicamente por la generación de anhídrido carbónico (CO2), que es un gas antropogénico (derivado de la contaminación ambiental en forma de desechos químicos o biológicos) cuya concentración ambiental depende del número de ocupantes de una habitación, de sus actividades y del volumen de aire fresco inyectado por el sistema de ventilación. Al respecto, el DS Nº594, en su artículo Nº34, señala que el volumen de renovación de aire requerido por persona es de 20 m3/h de aire fresco o 6 cambios por hora como mínimo. Para áreas comunes la concentración máxima de CO2 debe ser del orden de 1.100 ppm . La temperatura es otro factor importante en espacios hacinados. Temperaturas muy elevadas o bajas inciden en el confort del trabajador y en la productividad. Un ambiente de trabajo térmicamente confortable se define como aquel donde a lo menos el 80% de los ocupantes se encuentran en una condición térmica neutra, sin sensación de frío o calor. La sensación térmica depende de varias variables, entre las que se encuentran la temperatura, humedad, velocidad del aire, tipo de vestimenta y actividad de las personas. Las recomendaciones respecto a esta condición son: Temperatura ambiental promedio invierno: 20ºC - 23ºC Temperatura ambiental promedio verano : 23ºC - 26ºC Diferencia temperatura piso-cabeza : menor que 5°C Humedad relativa : 40% - 60% Velocidad del aire : 0,25 m/s. Los niveles de ruido que se podrían encontrar en un lugar con hacinamiento generalmente provienen de teléfonos, impresoras mal ubicadas, música ambiental con volúmenes altos y las mismas personas que ocupan el recinto. El nivel de ruido generado no constituye riesgo de daño orgánico auditivo, sin embargo ciertas propiedades acústicas de estos recintos podrían generar molestias e incomodidades. Por otro lado, el ruido podría tener la capacidad de influir sobre el rendimiento laboral, provocando distracciones, errores, descenso del estado de atención puesta en la tarea, somnolencia, etc. La norma británica BS 7179 especifica que el nivel de ruido en un ambiente de trabajo con pantallas de computación no debería exceder los 55 dB(A) para tareas que requieren un alto grado de concentración y debería mantenerse bajo 60 dB(A) para otras tareas. Factores biomecánicos Los espacios reducidos se asocian a riesgos por posturas forzadas en puestos de trabajo cuyo mobiliario no es acorde a las características antropométricas de los usuarios. Estas restricciones de espacio inciden negativamente en la posición que adopta el trabajador en su puesto de trabajo, siendo muchas veces determinante en la generación de síntomas músculo-esqueléticos. En relación al mobiliario y espacio de trabajo, de acuerdo a lo recomendado por la OIT para áreas de puestos de trabajo interior, la superficie mínima total disponible por persona debe ser de 4,5 (m²/persona). En cuanto a la superficie de planos de trabajo de oficina o escritorios, Human Factors Design Handbook y American National Standard for Human Factors, recomienda una superficie que va desde los 1,2 a 1,8 m² para puestos de trabajo destinados a tareas de tipo administrativas. Por otra parte, según la Norma EN ISO 14738:2002, el espacio disponible libre a partir del borde de la mesa para la movilidad de la silla y de la persona debe ser de 1 m mínimo. Hacinamiento desde una mirada psicosocial Las limitaciones de espacios en grupos de trabajo tienen repercusiones a nivel individual y también a nivel social dentro del espacio laboral. Por una parte, la sobre estimulación sensorial debido a los ruidos y a la sobrecarga de información que recibe constantemente una persona por la obligada y permanente interacción con otros en espacios reducidos y saturados de personas puede producir un descenso en las capacidades cognitivas (concentración, memoria, aprendizaje, etc.) como también malestares físicos que van desde sensación continua de cansancio, dolores de cabeza, problemas musculo-esqueléticos, llegando hasta cuadros ansiosos y de estrés, lo que nos muestra que esta situación no solo afecta a la salud física sino también a la salud psicológica en las personas involucradas. Por otra parte, el hacinamiento tiene repercusiones sociales, ya que la restricción de movimientos para el trabajador y la carencia de control sobre su espacio privado podría ocasionar un retraimiento por parte del afectado en busca de regular la excesiva interacción que amenaza su espacio personal, debiendo transar su intimidad y aceptar la extrema cercanía, muchas veces no deseada con los demás. Esta incomodidad o malestar puede traducirse en conductas de irritabilidad y distanciamiento dentro de los trabajadores, afectando las relaciones sociales dentro del grupo, tan necesarias para trabajar y desarrollarse dentro de una organización. |