Trabajo seguro en torres de alta tensión | | Por Carlos Córdoba Silva, Académico Ingeniería en Prevención de Riesgos, Universidad del Pacífico. | | | |  | | Una torre eléctrica es una estructura de gran altura, normalmente construida en acero, y cuya función principal es servir de soporte de los conductores eléctricos aéreos de las líneas de transmisión de energía eléctrica. Se utilizan principalmente en la transmisión de energía eléctrica de Alta Tensión y pueden tener gran variedad de formas y tamaños en función del uso y del voltaje de la energía transportada. Los rangos normales de altura oscilan desde los 15 m hasta los 55 m. El principal riesgo que se presenta en la realización de trabajos de esta naturaleza, es el de caída de personas a distinto nivel, riesgo asociado al simple hecho del desarrollo de las labores a una determinada altura y que puede verse agravado, entre otros factores, por una inadecuada planificación previa de los trabajos, la utilización de equipos poco seguros, un mal uso o un deficiente mantenimiento de estos equipos, y por una formación e información insuficiente de los trabajadores. Por esta razón, toda labor de este tipo debe ser realizada por personas con formación especializada y experiencia, con suficientes conocimientos en el uso de técnicas verticales y utilización de sistemas de protección de ascenso. Además del mencionado riesgo, también se deben considerar otros riesgos importantes derivados del uso de estas técnicas, como los ocasionados por factores ergonómicos (en especial, posturales) y psicológicos. Estos riesgos se asocian, fundamentalmente, a las propias técnicas que se emplean en esta clase de trabajos, en las que, por una parte, el trabajador ha de desplazarse y descansar apoyando los pies sobre la escasa superficie de los perfiles metálicos que conforman la torre y, por otra, asumiendo la inclinación o ángulo de los mismos, ya que muchas de estas torres no cuentan con escalas como parte de su estructura, a lo que se suma el permanecer suspendido o en tensión bajo cuerdas y/o desplazarse lateralmente manteniendo posturas incómodas a una determinada altura (en ocasiones, muy elevada). Trastornos músculo-esqueléticos A lo anterior, se le ha de añadir los movimientos repetitivos que pueden afectar, sobre todo, a determinados grupos musculares (manos, brazos, hombros, y en menor medida, caderas). En este sentido, la falta de un apoyo total y horizontal de los pies, implica una modificación de todo el sistema de trabajo de la estructura corporal humana (huesos, músculos, tendones, etc.). Esta situación puede producir una sobrecarga de las estructuras óseas y musculares implicadas en el movimiento y en la posición erecta del cuerpo. Es así como son comunes las sobrecargas lumbares, dorsales y cervicales, que pueden ser evitadas o minimizadas si se establecen tiempos de descanso y se realizan ejercicios de estiramiento suaves. Adicionalmente, el trabajo en torres de Alta Tensión puede tener los siguientes riesgos: insolación (por la excesiva exposición al sol), hipotermia/enfriamiento (cuando el enfriamiento abarca la totalidad del cuerpo. Temperatura por debajo de los 35 °C), choque contra objetos inmóviles (elementos de la estructura de la torre), golpes/cortes (por objetos o herramientas), caída de objetos (por situarse en la vertical de otro compañero que está trabajando), estrés (relacionado con la labor debido a las condiciones de trabajo en suspensión), presencia de energía eléctrica (por no disponer o por una instalación deficiente de las líneas a tierra, que permitan que las cargas residuales puedan pasar directamente a tierra, asegurándose que la línea quede sin tensión), proyección de fragmentos o partículas (en el desarrollo de tareas tales como picado, soldadura, limpieza -agua o arenado- o pintura). Medidas recomendadas En síntesis, para controlar estos riesgos, es imprescindible la adopción de medidas preventivas y el uso de elementos de protección personal, lo que debe quedar establecido en un documento: 1. Descripción del trabajo a realizar, de la superficie de trabajo y los riesgos que implica, dando una respuesta rápida y eficaz a la(s) incidencia(s) producida(s) en altura. 2. Establecer el procedimiento para dejar fuera de servicio las líneas de transmisión de energía (abrir el sistema), como así también para la puesta a tierra del mismo, además de sus debidos controles. 3. Definir los materiales, herramientas y equipos a utilizar. 4. Selección de los trabajadores que participarán. 5. Certificado médico de aptitud de los trabajadores (Art. 186. Código del Trabajo). 6. Definir la presencia de más de una persona, con el fin de que si se produce un incidente, que implique la necesidad de evacuar a una persona, alguien pueda poner en marcha las medidas idóneas de evacuación. 7. Contar con personas formadas específicamente en evacuación o rescate en altura para afrontar estas contingencias y dotadas de material específico para ello. 8. Si se considera que la evacuación o rescate se realizara con medios externos, es preciso responder: ¿cuánto tiempo tardarán estas personas en llegar al lugar del accidente?, y, una vez que lleguen, ¿cuánto tardarán en realizar la evacuación? Si las respuestas en términos de tiempo no son razonables para otorgar oportunamente la ayuda necesaria, se debe considerar el rescate con medios propios. 9. Definir los equipos y sistemas de protección personal contra riesgos de caídas en trabajos en alturas y verificar que cuenten con la correspondiente certificación, además de revisar que se encuentren en óptimas condiciones. 10. Proporcionar a los trabajadores toda la información necesaria contenida en el procedimiento de trabajo y aquella específica que se requiera sobre los riesgos de caída en altura, que estén asociados a la(s) operación(es) que se va(n) a desarrollar. 11. Efectuar la capacitación (teórico-práctica) sobre todos los aspectos que involucra el trabajo de todos quienes intervendrán en él. Para el desarrollo de un trabajo seguro en este tipo de estructuras, es indispensable contar con una adecuada planificación y supervisión, y los trabajadores deben poseer el suficiente nivel de adiestramiento y conocimientos teóricoprácticos y con equipos específicamente destinados para esta actividad y utilizados correctamente. Esta columna fue desarrollada por el académico junto a los alumnos Luz Canales, Oscar Pincheira y Sebastián Terraza, de la Universidad del Pacífico. | | |