SÍNDROME DEL ARNÉS Un riesgo vital del trabajo en altura | | Artículo gentileza de Sebastián Sologuren J., Gerente Técnico de Asitep en Altura y Técnico Vertical Nivel III; y Rodolfo Díaz, Director Comercial de Altitec. www.altitecchile.cl | | | |  | | El Síndrome del Arnés es una patología que requiere la combinación de dos factores para su aparición: la inmovilidad y la suspensión en un arnés. El primero puede darse tanto en personas que quedan inconscientes como en aquellas que llegan al agotamiento, lo que les puede suponer quedar suspendidas del arnés (segundo factor necesario). Esta situación provoca una acumulación de sangre en las piernas (se calcula que un 60%) por un fallo en el retorno venoso, lo que implica que hay menos sangre para que el corazón pueda mantener correctamente los órganos vitales. Rápidamente, se puede perder la conciencia (en personas que no quedaron suspendidas por estar inconscientes), y si el síndrome avanza puede llegar a producir la muerte de la persona bloqueada. Los síntomas que presenta el Síndrome del Arnés son entumecimiento de pies y piernas, aturdimiento, náuseas, taquicardia, dolor intenso, disminución del nivel de conciencia, entre otros. Debemos tener en cuenta que la velocidad con la que una persona puede presentar estos síntomas depende de sus condiciones físicas, pero estos pueden aparecer a partir de los 8 minutos de estar suspendidas (podrían aparecer antes en algunas personas) y, normalmente, no se suele aguantar más de 30 minutos. Un problema que nos encontraremos para evitar la aparición del síndrome del arnés en personas conscientes es que no hay signos premonitorios claros, pues se han realizado estudios en los que personas que permanecían colgadas y quietas han pasado repentinamente de estar tranquilos a presentar síntomas rápidamente. Es importante que conozcamos qué factores, como la imposibilidad de mover las piernas, la deshidratación, la hipotermia, el dolor, la fatiga, los antecedentes de enfermedad cardiovascular o respiratoria y el estado de inconsciencia, aumentan el riesgo de padecer esta patalogía. Prevención Dentro de la prevención, podemos diferenciar dos tipos de acciones: las personales, para evitar la aparición de este síndrome cuando nos podamos encontrar en una situación de suspensión involuntaria en un arnés; y las genéricas, destinadas a divulgar su gravedad, para concienciar y evitar que alguien pueda padecerlo. Acciones Personales: Elegir el arnés adecuado a nuestra talla y llevarlo bien ajustado (ni mucho ni poco). Utilizar un estribo anti trauma (elemento que se lleva conectado al arnés y que se utiliza con estribo en caso de quedar suspendido). Mantener una posición semi sentada si es que la conexión al arnés es ventral o frontal (argolla anti caída). Mover las piernas y, en caso de no ser posible, mantener las rodillas dobladas. Acciones Generales: Informar mediante capacitaciones e inducciones de la gravedad del Síndrome del Arnés a los técnicos y operarios que trabajan en altura, remarcando que la posibilidad de muerte puede darse en 10 minutos. Adquirir la formación específica para poder resolver situaciones de auto rescate o rescate asistido tras un evento. Tranquilizar al rescatado al llegar hasta él, pues es de vital importancia que ejecute las instrucciones que le demos (como mover las piernas para evitar la aparición de síntomas). Evitar cualquier tipo de situación que nos lleve a la posibilidad de quedar bloqueados mientras se realiza el rescate o el auto rescate. Tratamiento Además de tratar de realizar un rescate lo más rápidamente posible, lo único que podremos hacer es poner a la persona en una posición que favorezca el poder recuperar un estado más o menos normal, mientras damos aviso a los cuerpos profesionales de rescate para que lo trasladen rápidamente a un centro hospitalario (para ello, debemos tener en cuenta cuánto tiempo ha pasado suspendido desde la aparición de los primeros síntomas). Si está consciente, lo ayudaremos a colocarse en cuclillas o agachado. Si el herido está inconsciente, debemos colocarlo sobre el costado derecho en posición fetal, manteniendo esta posición entre 30 y 40 minutos antes de pasar a una posición horizontal. Debemos evitar a toda costa la posición antishock o las posiciones horizontales. Por la acumulación de sangre en las piernas se provoca una falta de carga en el ventrículo derecho, y si colocamos al herido en las posiciones mencionadas, crearíamos una sobrecarga aguda desde el ventrículo por retorno masivo de sangre, que se había acumulado en las piernas durante el tiempo que permaneció en suspensión (esto es más conocido como muerte del rescate). Mientras esperamos la llegada del rescate profesional, se debe poner al rescatado en un lugar seguro, protegido del frío y de los agentes externos y bajo constante vigilancia, por si su estado empeorase y fuese necesario aplicarle maniobras de reanimación cardiopulmonar. En conclusión, el Síndrome del Arnés constituye un riesgo vital para todos aquellos que trabajan en altura, pues ante la posibilidad de quedar suspendido e inmóviles sobre un arnés podemos llegar a perder la vida. | |