MORTALIDAD POR ACCIDENTES DEL TRABAJO La gran deuda | | Por Arturo Cares, Gerente de Prevención, Asociación Chilena de Seguridad. | | | |  | | Si bien desde la década de los 70, nuestro país registra niveles decrecientes de accidentabilidad laboral, partiendo desde más de un 20% a niveles inferiores al 5% en nuestros días (cifra comparable con los indicadores de muchos países desarrollados y claramente menor a muchos países de la Región), la realidad es que aún no hemos logrado resolver la problemática del control de la mortalidad y, al parecer, todavía estamos lejos de hacerlo. Las principales causas Un análisis de los casos registrados durante los últimos tres años en empresas adherentes a la ACHS, muestra que las causas que explican muchos de ellos son casi siempre las mismas: la conducción de camiones, las caídas de altura (especialmente en trabajos de reparación de techumbres), la operación de maquinarias (en especial, las labores de mantención con estas en movimiento o energizadas), y la conducción de tractores agrícolas. Todas variables que se repiten una y otra vez. En muchos de estos accidentes, vemos que si se hubiesen considerado algunas medidas básicas de seguridad, el accidente no habría ocurrido. Sin embargo, un elemento que transversalmente está presente es la ausencia de información respecto de los riesgos asociados a la tarea que realizará el trabajador, ya sea por no informar los riesgos o por la ausencia de capacitación específica para la tarea. Aunque la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso) ha establecido un sistema que obliga a que las empresas implementen medidas una vez ocurrido el caso, pocas son las iniciativas que buscan enfrentar el tema de la mortalidad laboral en forma sistemática y decidida antes de que ocurran los casos, y todavía estamos lejos de encontrar una solución a este problema. Un desafío para el país Entonces, como primer paso, como país debemos ser conscientes de que en Chile hay personas que mueren por trabajar; y en segundo lugar, debemos hacer todo lo posible para que eso no siga ocurriendo. En esto, deben participar todos quienes estamos involucrados en el mundo del trabajo: el Estado, las empresas y los trabajadores. En este aspecto, las mutualidades de empleadores tenemos un desafío aún mayor: convertirnos en instituciones capaces de movilizar a estos actores hacia una cultura de seguridad laboral, de inspirarlos e invitarlos a generar ambientes labores de calidad en seguridad y salud laboral. En este sentido, la capacitación pareciera ser una buena alternativa para lograr que los trabajadores puedan hacer frente a los riesgos propios del trabajo. Por esa razón, en la ACHS, estamos especialmente enfocados en capacitar a la mayor cantidad de trabajadores posible. Entre el año 2012 y 2013, podemos contar casi 1.000.000 de trabajadores capacitados en temáticas de prevención de riesgos. No obstante, uno de los desafíos que enfrentamos es que debemos ser capaces de lograr que las empresas y, en especial sus líderes, se comprometan a alcanzar buenos resultados en prevención, no solo por un mandato normativo o por una baja en la cotización, sino porque efectivamente estén convencidos de que una gestión de excelencia en seguridad y salud en el trabajo es importante para su sustentabilidad como organización, en un mercado cada vez más competitivo y exigente, como la gestión de activos y el presupuesto. | |