Gestión de riesgos en la construcción de infraestructura eléctrica | | Por Mario Villalobos, Cartera de Energía y Telecomunicaciones, Mutual de Seguridad CChC. | | | | | | La capacidad energética del país ha sido uno de los temas más comentados durante los últimos años. Según cifras del Ministerio de Energía, Chile cuenta hoy con una capacidad instalada total de 16.970 MW, de la cual un 73,6% corresponde al Sistema Interconectado Central (SIC), un 25,6% al Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) y un 0,8% a los sistemas medianos de Aysén y Magallanes. Todos estos sistemas requieren necesariamente de líneas de transmisión que permitan que esta energía llegue a los puntos de consumo. Considerando que detrás del levantamiento de estas redes hay personas y un alto peligro asociado, la gestión óptima de los riesgos se vuelve clave. Los riesgos de la construcción de infraestructura eléctrica Los proyectos de construcción de líneas de transmisión eléctrica son desarrollados en función de la ubicación geográfica de las centrales de generación, por lo que generalmente recorren largas distancias en sectores alejados de las ciudades, cruzando cordones montañosos, cerros, ríos, desiertos, carreteras u otras líneas. Estamos hablando, básicamente, de levantar torres de alta tensión y su conjunto, lo que implica la excavación de las fundaciones, que, una vez hormigonadas, servirán de base para iniciar el montaje de la estructura que permitirá guiar el cable conductor de la energía, el que será instalado en último lugar. De este modo, los peligros asociados al rubro están ligados, principalmente, a los trabajos en altura durante el montaje de las torres y la instalación del cable conductor, así como también al trabajo en proximidad a líneas de transmisión energizadas. Una gestión sistemática de los riesgos Es por ello que hoy en día el rubro energético maneja altos estándares de seguridad -similares a los del rubro minero-, producto de la alta especialización que requiere llevar a cabo estos proyectos. No obstante, si bien la frecuencia en la ocurrencia de accidentes es baja, generalmente sus consecuencias pueden resultar graves o fatales. Para el control de los riesgos, las empresas han definidos estándares básicos de seguridad que parten desde la contratación del trabajador, perfiles de los puestos, exámenes de salud ocupacionales y preocupacionales, hasta la obligación de informar sobre los riesgos laborales, la definición de las características y entrenamiento sobre el uso de los elementos de protección personal, y las capacitaciones sobre cada actividad que realice el trabajador previo a la ejecución de la misma. En una segunda etapa, los planes de seguridad y salud ocupacional deben contar con programas de trabajo que asignan un conjunto de actividades preventivas a la línea de supervisión, considerando la correcta elaboración de las matrices de riesgos, procedimientos, observaciones conductuales, chequeo periódico de equipos críticos, herramientas y elementos de protección personal, controles de la salud y la capacitación constante de los trabajadores a través de charlas diarias y otras realizadas por entes especialistas en cada materia. En un nivel especial, los riesgos asociados a las caídas de altura y el contacto eléctrico se han gestionado según lo establecido en la legislación vigente y la experiencia de las empresas del rubro. En el primer caso, en base al entrenamiento constante de los trabajadores y los criterios técnicos para la selección, uso, mantención, limpieza, almacenamiento, y control de los equipos de protección personal para trabajos con riesgo de caída. En el segundo, considerando las cinco reglas de oro eléctricas para trabajos sin tensión: desconexión y corte visible de las fuentes de tensión; enclavamiento o bloqueo de los aparatos de corte; comprobación de ausencia de tensión; puesta a tierra y cortocircuito; y señalización del área de trabajo. Trabajo preventivo conjunto En base a la necesidad de contar con una mesa colaborativa para el desarrollo e intercambio de conocimientos y buenas prácticas entre los especialistas técnicos en materias de seguridad y salud ocupacional, en 2010 surgió la necesidad de crear el Grupo de Encuentro de Profesionales de Energía (GEPE). La iniciativa reúne a ejecutivos de empresas eléctricas y profesionales de la prevención, que buscan promover una cultura de la seguridad individual y corporativa, para identificar, evaluar y controlar conductas de riesgo. El desafío es lograr ir, continuamente, creando una propuesta de valor, interpretando y anticipándose a las necesidades de los trabajadores del rubro eléctrico e interactuando dentro de una red colaborativa de organizaciones. | |