Julio Franzani, Gerente de Seguridad y Salud Ocupacional de la Mutual de Seguridad Las empresas deberían migrar desde una gerencia a un Gobierno Corporativo de HSEC | | | | | | ¿Qué desafíos enfrenta hoy un gerente de HSEC? Son múltiples y variados. El primero es determinar correctamente los peligros y riesgos a los que están expuestos los trabajadores, de manera de organizar un plan de trabajo que los contemple. Dependiendo de la organización, se hará con distintos énfasis en términos del cuidado de las personas y el medioambiente. El rol del gerente de HSEC debe responder a un equilibrio entre lo que quiere hacer la empresa y lo que demandan los diferentes stakeholders. También tiene que ver con el momentum y tensión que como ejecutivo quiera y pueda generar en la organización en materia de seguridad y salud ocupacional. ¿Depende de la importancia asignada por la empresa? Sí. Tiene que ver con la fuerza con que esta temática se pone sobre la mesa y se vuelve parte relevante de una gestión de riesgo más integrada en la organización. Hoy las empresas referentes han migrado de tener una gerencia o un área específica dedicada a la seguridad, la salud ocupacional y la comunidad, a incorporar estas preocupaciones dentro de su Gobierno Corporativo, incorporándolas a su gestión integrada de los riesgos, junto con el riesgo financiero, operacional y legal. Es decir, la seguridad y salud ocupacional hoy están trascendiendo hasta convertirse en un valor permanente dentro de la cultura organizacional, lo que como Mutual hemos definido como la cultura de seguridad. ¿Es un rol más demandante que hace un tiempo? Definitivamente, sobre todo en aquellas empresas con un alto potencial de pérdida (por consecuencias graves o fatales, tras un accidente laboral), como la minería, la construcción o el transporte, entre otros. No obstante, todos los sectores tienen sus particularidades, y es el mix de riesgo al que están expuestos los trabajadores de una empresa el que debe definir la naturaleza del plan de trabajo en una gerencia de HSEC, ya sea para controlar situaciones de alto potencial de pérdida, que ocurren con menos frecuencia, o situaciones con bajo potencial de pérdida, pero más frecuentes. Dada esa diferencia, ¿deben responder a perfiles distintos? Así es. Dentro del perfil debe haber dimensiones que los distingan. Por ejemplo, en minería y energía los gerentes de HSEC deben ser personas altamente convocantes, carismáticos y tener una capacidad de liderazgo que surja desde el auto liderazgo. Quien se ha enfrentado a un accidente fatal o grave debe tener la capacidad de liderarse a sí mismo y de auto controlarse, por lo tanto, requiere de gran especialización. Tan importante como el perfil de un líder de HSEC es su capacidad de formar equipos de trabajo. En empresas donde además hay un alto potencial de daño, también puede haber presencia de agentes productores de enfermedades profesionales y ahí es importante tener especialistas, entre ellos, higienistas, ergónomos, psicólogos organizacionales, terapeutas ocupacionales, entre otros. Las exigencias ambientales y de la comunidad, ¿también impactan el papel de este gerente? Sí. Implica un crecimiento del rango de responsabilidades. Es una tarea que ha crecido, un cargo que se ha ampliado. Al principio se trataba de departamentos de prevención de riesgos, luego fueron de riesgo y calidad, más adelante se incorporó medioambiente y, en forma más reciente, la comunidad, con los modelos de sustentabilidad. El sistema empieza a pedirle a las organizaciones que responda en todos esos frentes ¿Cuál es su diagnóstico sobre el avance de HSEC en Chile? Es interesante, pero evaluar el avance de estas materias en las organizaciones chilenas requiere un análisis amplio. Esto, porque hay macro influencias que impactan en los indicadores de accidentabilidad. Sin ir más lejos, estudios hechos por entidades como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), señalan que el desarrollo de un país está en directa relación con la tasa de mortalidad; y, a mi juicio, y en base a los estudios que hemos hecho como Mutual de Seguridad CChC, hay coincidencia que esto es así: la accidentabilidad acompaña al desarrollo de un país, y Chile no es la excepción. Entonces, ¿el riesgo crece a medida que la economía avanza? La curva de accidentabilidad de Chile entre 2010 y 2011 sube justo en el período en que el país rebota de la crisis y empieza a mejorar. Existe una relación directa. En todos los países ocurre este fenómeno, dado que al entrar en recesión las empresas mantienen trabajadores con más experiencia y ellos cuidan más su trabajo e integridad, impactando directamente en una baja en la accidentabilidad. Al contrario, cuando la economía crece, aumentan las horas de trabajo y los turnos, y con ello, las nuevas contrataciones, lo que incrementa la ocurrencia de accidentes. Si a esto sumamos la migración de trabajadores de ciertas industrias a otras en las que no tienen expertise -en busca de un mejor sueldo u oportunidades- la exposición a diferentes riesgos es aún mayor. Claramente, este es un fenómeno que no podemos detener, pero sí que podemos controlar con una adecuada gestión del riesgo, donde la capacitación es una herramienta que aporta enormemente a la reducción de la accidentabilidad. ¿Hay sectores de la economía que escapen a esta tendencia? Sí. Hay sectores que se han convertido en referentes en Seguridad y Salud Ocupacional, como la Minería, Servicios, o el grupo Electricidad, Gas y Agua que -de acuerdo a cifras de la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso), en 2011 lograron estar por debajo de la accidentabilidad a nivel país (5,5) y que, resultado de un trabajo de largo plazo en seguridad y salud ocupacional, cuentan con estándares que les permiten sortear de mejor manera estos efectos propios de la economía. ¿Quiénes están en deuda? Según las mismas cifras de la Suseso, Transporte, Industria, y Agricultura y Pesca son algunos de los sectores que registraron las tasas de accidentabilidad más altas en 2011, por lo que, definitivamente, en estos y otros rubros aún hay muchos desafíos que debemos atender para convertir acciones de seguridad y salud concretas en estrategias permanentes. | |