Iberdrola vendió a la eléctrica francesa EDF y el fondo de inversión francés STOA la central hidroeléctrica de Baixo Iguaçu, de 350 megavatios (MW), ubicada en el estado brasileño de Paraná.
El 70% de la central era controlado por la eléctrica española a través de su filial brasileña Neoenergia.
La operación, cifrada en US$ 247,1 millones, “refuerza la estrategia de rotación de activos de Iberdrola centrada en la optimización de la cartera con creación de valor, disciplina de capital y simplificación de su estructura”, indicaron desde Ibedrola.
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