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El mercado global de baterías para sistemas de almacenamiento de energía (ESS) experimentará un crecimiento significativo, con un aumento estimado de US$22.180 millones entre 2025 y 2029, según Technavio.
Se proyecta una tasa compuesta anual (CAGR) del 23,8% durante este período, impulsada por la transición de los combustibles fósiles a fuentes de energía renovables y el aumento en la adopción de microrredes. No obstante, la creciente brecha entre la oferta y la demanda de litio representa un desafío para la industria.
Este mercado está evolucionando con avances en baterías de iones de litio, modernización de redes y adopción de energías renovables. Los operadores buscan soluciones confiables para garantizar la estabilidad del suministro eléctrico, impulsando la demanda de ESS como componente clave.
Las baterías de flujo y de plomo-ácido destacan por su eficiencia en densidad energética y gestión térmica, mientras que factores como la seguridad, economías de escala y eficiencia de fabricación están acelerando su adopción. Además, las inversiones en proyectos a gran escala, con capacidades superiores a 500 MWh, están en aumento, con fuentes como la solar y la eólica liderando el sector.
El crecimiento de ESS se ve impulsado por la demanda energética, incentivos gubernamentales y optimización del autoconsumo. Los sistemas de almacenamiento de energía basados en baterías (BESS) de iones de litio están ganando popularidad por su rentabilidad en peaks de consumo y energía de respaldo. A su vez, sectores como telecomunicaciones, centros de datos y redes eléctricas dependen cada vez más de ESS para garantizar estabilidad operativa.
En este contexto, las microrredes emergen como soluciones clave, integrando generación y almacenamiento de energía local. Estas pueden operar de manera independiente o conectadas a la red principal, facilitando la transición hacia fuentes renovables y asegurando suministro energético en caso de cortes. La expansión global del mercado de BESS, impulsada por proyectos residenciales y comerciales, está marcando el futuro de la infraestructura energética sostenible.
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