El día de hoy marca un hito en la producción eléctrica de Reino Unido, pues se cerrará definitivamente la última central en base a carbón del país, donde, precisamente, se masificó el uso de dicho combustible a fines del siglo XIX.
La planta de Ratcliffe-on-Soar inició operaciones en 1968, y con su cierre la economía británica se convierte en la primera del G7 que elimina totalmente el carbón de su generación eléctrica.
Según el director de políticas de Greenpeace UK, Doug Parr, la eliminación del carbón ha sido posible "gracias al rápido avance de las energías renovables. Reino Unido da un ejemplo que el resto del mundo debe seguir si queremos detener la devastación causada por la crisis climática y la polución del aire".
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