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En la actualidad, una pequeña y mediana empresa como cliente libre podría verse expuesta a potenciales aumentos desmedidos en los peajes en el contexto de la Calificación de la Transmisión 2024-2027. ¿Un déjà vu del proceso 2020-2023? Ciertamente, porque en la calificación anterior surgió el mismo problema. De hecho, se espera que aumenten en un 43% las líneas calificadas como dedicadas y con ello, un mayor número de pymes podrían verse afectadas.
“Los procesos cuatrienales a partir de la metodología que se estableció con posterioridad a la ley de transmisión, han implicado cambios de calificación de un gran número de instalaciones de un periodo a otro que, unido con los atrasos en los procesos tarifarios, han impactado directamente en los clientes finales”, comentó Javiera Méndez, Abogada Asociada en Larraín y Asociados, en el webinar organizado por ACEN denominado “Calificación de Transmisión 2024-2027. Efectos sobre el mercado y sobre los clientes finales".
En la actualidad, agregó Méndez, “estamos viendo instalaciones que antes del proceso 2020-2023 eran zonales, el proceso de calificación actual vigente cambió la calificación a dedicada y ahora en el informe técnico preliminar vuelven a ser zonales. Eso genera una tremenda complicación especialmente porque el decreto de valorización entró en vigencia con 3 años de atraso, por lo tanto, recién se firmaron los contratos para el proceso 2020-2023, contratos que ya para el proceso 2024-2027 perdieron su vigor porque esos tramos pasarían a ser zonales”.
El principal problema lo están experimentando los clientes libres en zonas de concesión que, al cambiar la calificación de la línea a la cual están conectados, se ven envueltos en una situación compleja. Incluso “hay clientes que, dependiendo de la propuesta de la empresa transmisora -se pretende cubrir el 100% del VATT y las holguras que tenga la línea-, sus costos por transmisión podrían alcanzar un 35% o incluso más del total de la factura de electricidad, dependiendo de la zona y de la holgura que se les esté cobrando. Por lo tanto, a nivel de negocio, ese cliente que buscó el mercado libre con el objetivo de poder acceder a mejores condiciones, a costos más bajos en su suministro de energía y así ser más eficiente en su negocio, se encuentra con esa situación que no está bajo su control y que, por un cambio de calificación, ve sus costos incrementados”, indicó Andrea Kuster, Legal Counsel en Grenergy Renovables.
Algo positivo que rescatar, de acuerdo con Méndez, es que los clientes libres ya saben que en el cálculo de sus peajes no se tienen que considerar las holguras que presentan las líneas de transmisión, conforme lo ha señalado el Panel de Expertos.
A partir de la nueva ley y el reglamento, el guarismo que determinaba que si una instalación de transmisión era dedicada cambió de 90/10 a 51/49 y todos aquellos clientes libres que estén conectados a una línea dedicada tienen que celebrar contratos y pagar peajes de transmisión dedicada. “Estos clientes que están en zonas de distribución son clientes que no tomaron la decisión de conectarse al sistema tanto para su retiro como para sus inyecciones a través de un sistema dedicado. No influyeron en la decisión de ese sistema de transmisión y por un cambio de calificación se ven obligados a celebrar contratos”, señaló la abogada de Larraín y Asociados.
En tanto, Marcelo Barrera, Gerente General y fundador de Energie Fern Consulting (E-fern), quien además hizo la presentación introductoria en el webinar, observó que “el cambio de guarismo de 90/10 por el 51/49 arrojó efectos colaterales. Para solucionar esto, los clientes libres deberían tener un tratamiento similar a los Pequeños Medios de Generación Distribuida (PMGD) en el proceso de calificación, vale decir, que no sean incorporados en el guarismo”.
Con respecto a la afectación a clientes, añadió que en “mi opinión, deberíamos avanzar en etapas previas, por ejemplo, determinar y conocer bien el comportamiento de la demanda que se está considerando dada la volatilidad que puede tener en los resultados”.
Según Méndez, “parece razonable ya empezar a analizar cambios que puedan ir en el sentido de considerar este grupo de clientes de una manera distinta, diferenciada de los clientes libres que ejercen su derecho de conectarse directamente a la red de transmisión y en este caso al sistema dedicado”.
Mientras que para Kuster, “para dar más certeza y para proteger a ese cliente libre en zona de distribución, se puede pensar en soluciones a nivel de reglamento, por ejemplo, se puede considerar su demanda en conjunto con la demanda de los clientes regulados como un bloque de consumos en zonas de distribución. De esa forma se logra tener un tratamiento igualitario entre los clientes regulados y libres en lo que dice respecto al servicio de transmisión”.
Finalmente, el secretario ejecutivo de ACEN, Eduardo Andrade, comentó que “entendemos desde ACEN que para los clientes que están en el rango de 500 kW a 300 kW, la probabilidad que su cambio de regulado a libre implique una recalificación en alguna línea de zonal a dedicada es baja, no es cero, pero es baja. Este es un problema importante en general para los clientes libres y vemos que en la industria no existe preocupación por defender la situación de los clientes libres, independiente de quién está suministrando. Los comercializadores tenemos alrededor del 2% al 3% de la demanda. Un gran porcentaje de los clientes libres están a cargo de los generadores y otro porcentaje importante está siendo atendido a través de las comercializadoras de las propias empresas de distribución que son juez y parte en esta situación. Hay un conflicto de interés importante, o están del lado de sus clientes o del lado del propietario de la instalación de transmisión, que forma parte de la misma empresa”.
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